Un joven ingeniero, primera víctima norteamericana de la 'contra'
Un ingeniero de 27 años que ayudaba a los sandinistas en Nicaragua se ha convertido en la primera víctima norteamericana de la contra en la guerra que enfrenta a la Administración de Ronald Reagan con el régimen izquierdista nicaragüense. Benjamín Linder, de 27 años, que estaba construyendo una pequeña planta hidroeléctrica, fue muerto el martes por un grupo de antisandinistas en la provincia de Jinotega, a 140 kilómetros al norte de Managua, según informó el, Gobierno nicaragüense.
La Casa Blanca "lamentó" ayer la muerte de Linder, y dijo que no conocía las circunstancias en que se había producido. La noticia fue destacada ayer en las primeras páginas de la Prensa norteamericana, y contribuirá a sensibilizar a la opinión pública, mayoritariamente contraria a la política de Reagan en Centroamérica.El Gobierno norteamencano, que financia y dirige la guerra de los contra onentada a derrocar a los sandinistas, reiteró su advertencia a los ciudadanos norteamericanos para que abandonen las zonas de guerra en Nicaragua. Unos 150 ciudadanos de este país trabaján en diversos proyectos de apoyo a la revolución sandinista en el interior de Nicaragua. La contra ha dicho que algunos de estos internacionalistas están armados y que es difícil distinguirlos de los civiles.
Pero Linder, según las informaciones procedentes de M anagua, fue muerto a sangre fría por un comando de seis rebeldes que entraron en el que trabajaba, en el pueblo de la Camaleona, donde cooperaba en un proyecto de electrificación rural. Linder solía ir armado con un rifle de asalto cuando salía del pequeño poblado de 100 familias, pero no se cree que lo llevaba consigo cuando sufrió el atentado.
El ministro nicaragüense de Asuntos Exteriores, Miguel D'Escoto, ha enviado un mensaje a su colega estadounidense, George Shultz, en el que afirma que "el hecho de que fuerzas mercenarias, financiadas y dirigidas por su Gobierno hayan matado a Linder, deja claro el carácter terrorista y criminal de las acciones que la Administración norteamericana promueve en el contexto de una política oficial sangrienta de terrorismo de Estado".
La muerte del cooperante norteamericano coincide con la celebración en Managua de la reunión anual de la Unión Interparlamentaria, con ásistencia de diputados de 85 países, entre ellos de España y de EEUU. El presidente nicaragüense, Daniel Ortega, afirmó el lunes, en la sesión de apertura de la conferencia, que Nicaragua está dispuesta a negociar con Estados Unidos "para alcanzar acuerdos firmes y verificables sobre los legígimos intereses de seguridad de ambas partes". Ortega, que pidió el cese de la ayuda norteamericana a la contra, reconoció que su régimen necesita admitir un mayor pluralismo político.
Linder había llegado a Nicaragua hace dos años y trabajaba para el Instituto de Energía Nicaragüense en un proyecto promovido por una firma norteamericana del Estado de Washington. Amigos del cooperante muerto explican en Estados Unidos que la contra había recibido órdenes de ejocutar a Linder -afirman que les estaban esperando- como advertencia a otros ciudadanos norteamericanos que están cooperando con Nicaragua. Desde 1983, al menos siete cooperantes extranjeros, entre ellos un español, han muerto en ataques de los rebeldes.
El cadáver de Linder fue expuesto ayer en, la capital provincial de Matagalpa, en un centro oficial.
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