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Mitterrand llega a Marruecos en una coyuntura regional dífícil

El presidente francés, François Mitterrand, llegó ayer a Marruecos, invitado por el rey Hassan II, en un momento difícil para la coyuntura regional de este país, motivado esencialmente por los últimos problemas relacionados con el Sáhara occidental. Marruecos decidió el martes enfriar sine die sus relaciones con la OLP por el protagonismo dado al Frente Polisario (abrazo público entre los presidentes Yasir Arafat y Mohamed Abdelaziz) en el Congreso Nacional Palestino de Argel, y mantiene una tirantez política creciente con Mauritania por la construcción del sexto muro defensivo sahariano (control militar de toda la costa atlántica), que ha situado a las tropas de Rabat a tan sólo 40 metros de las fronteras de este país.La visita de Mitterrand, que mantuvo ya ayer un primer contacto a solas con el rey Hassan II, se produce cuando aún no se cumple un mes de su reciente desplazamiento a Argel, lo que confirma el interés de Estado de París por mantener una política equitativa en el Magreb.

Ceuta y Melilla

Este desplazamiento no alcanza el carácter oficial en su sentido estricto, aunque lleva consigo un importante contenido político. Si bien la Prensa marroquí no ha hecho alusión a una eventual conversación entre ambos jefes de Estado sobre Ceuta y Melilla, la agencia France Press ha informado desde Rabat de que uno de los temas que podrían tratar ambos estadistas podría estar relacionado "con las tensiones en los enclaves españoles en el norte de Marruecos, un problema delicado para París que mantiene excelentes relaciones con Madrid pero que no se podría oponer en un principio a la autodeterminación de los presidios".La presencia del presidente francés aquí en Marruecos está motivada por la inauguración de un pantano en las proximidades de Marraquech, a cuyo comienzo de construcción, hace cuatro años, asistió también junto a Hassan II. Pero políticamente, al margen de las supuestas conversaciones sobre Ceuta y Melilla a que alude la agencia francesa de noticias, los observadores de Rabat sitúan la visita en torno al problema Con Mauritania, a las privilegiadas relaciones bilaterales y a la pretendida conferencia de paz sobre Medio Oriente.

Sin embargo, todas estas últimas cuestiones están salpicadas por el Sáhara, incluidas las relaciones bilaterales: Rabat pretende adquirir el avión de combate Mirage 2000, de fabricación francesa, para renovar sus escuadrones de guerra, pero tiene problemas de financiación. Y desea que París le apoye dentro de la Comunidad Europea para negociar un buen tratado de pesca, con compensaciones favorables, que será el que sustituya en agosto al vigente con España.

En cuanto a Mauritania, Mitterrand viaja con la queja y el malestar de Nuakchot, régimen al que se protege desde París, de que, con el acercamiento de las tropas de Rabat a sus fronteras, peligra su estabilidad y su política de neutralidad en la zona.

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