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EE UU entrega a la URSS a un presunto criminal

Karl Linnas, de 67 años, presunto criminal de guerra nazi acusado de la muerte de 12.000 judíos del campo de concentración de Tartu, en Estonia, fue entregado por EE UU a la URSS -donde pesa sobre él una condena a muerte- después de que sus abogados agotaran todos los recursos legales ante los tribunales estadounidenses para evitar su extradición. "Los norteamericanos deben saber que son responsables de mi asesinato", declaró Linnas poco antes de su salida de EE UU.

Linnas fue trasladado el lunes por la noche al aeropuerto Kennedy, de Nueva York, del que despegó en un avión de la compañía aérea checoslovaca CSA con rumbo a Praga. Desde esa capital, embarcó más tarde en un avión de las líneas aéreas soviéticas Aeroflot, que le trasladó a Moscú."Lo que están a punto de hacer es un asesinato y un secuestro", gritó Linnas a los periodistas presentes en el aeropuerto neoyorquino, donde apareció esposado, vestido con un traje gris y una larga barba blanca, siendo llevado rápidamente al puesto de policía.

Linnas, que llegó a EE UU en 1951, logró en 1959 la nacionalidad norteamericana, que le fue retirada en 1982 tras haberse verificado que había mentido a los servicios de inmigración a su llegada al país. Desde entonces, Linnas luchó para evitar su extradición a la URSS, alegando que los documentos aportados por las autoridades soviéticas para obtener su extradición son falsos.

El Departamento de Justicia norteamericano intentó encontrar, ante las presiones de los abogados de Linnas, un país que acogiera al presunto nazi. Catorce estados rechazaron las peticiones de asilo de Linnas, y Panamá, que dio su visto bueno la pasada semana para acogerlo en su territorio, retiró esta oferta por presiones de las organizaciones judías estadounidenses.

El Tribunal Supremo de EE UU rechazó el lunes una apelación para bloquear la deportación de Linnas, y sus abogados recurrieron ante un juez de distrito y un tribunal de apelaciones, que negaron también el recurso.

Linnas es el segundo presunto criminal de guerra nazi que ha sido extradido de EE UU a la URSS. El primero fue Feodor Fedorenko, extradido en diciembre de 1984.

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Anu Linnas, una de las hijas del presunto nazi extradido ayer, declaró, refiriéndose a su padre, que, "en caso de que no le maten inmediatamente, los soviéticos organizarán uno de los juicios más espectaculares que jamás haya presenciado el mundo".

La fiscal Elisabeth Holtzman -que ha seguido el caso de Linnas desde hace ocho años- manifestó ayer su esperanza de que "los rusos vuelvan a juzgar al presunto nazi". "Es evidente", añadió, "que los rusos tienen un sistema judicial distinto, pero le pueden ofrecer una imitación razonable de juicio, y permitirle que se defienda".

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