El policía Acevedo recurrirá la sanción presentada por la alcaldía de Aranjuez
Ángel Acevedo, policía municipal de Aranjuez sancionado por la alcaldía con cuatro años de suspensión de funciones, acusa al juez instructor de que se han inventado los hechos. El policía, que anteriormente fue rebajado de cabo a agente, declara que no existe ningún Miguel Trigo que fuera agredido por él en la puerta del Ayuntamiento.
Acevedo asegura que se han inventado los hechos, "aprovechándose", según sus propias palabras, "de las declaraciones de cinco o seis policías reconocidos por su malquerencia y enemistad hacia mi persona".El juez instructor, José Tejeiro, informó que tiene la declaración de cuatro testigos que vieron cómo Acevedo golpeaba a Miguel Trigo en la puerta del Ayuntamiento, y reseñó que en su resolución primera, que mantenía la suspensión definitiva de actividades del acusado en el Cuerpo Municipal de Policía, las acusaciones consideradas como faltas graves eran el mal trato a un subnormal, a un transeúnte, su abandono del puesto para acudir al club 36, que está fuera de los límites de la localidad, los hechos del club Afro, mientras que quedó sobreseída la acusación de abandono del puesto para acudir al entierro del familiar de un compañero y el caso La Conejita, así como el supuesto robo de las cubiertas de vehículos, por cuanto habían transcurrido más de dos años del hecho, y, según la ley, pasado ese tiempo queda prescrito el delito.
Por otra parte, Acevedo insiste en que se juzgó a una persona, en este caso él mismo, sin que hubiera víctimas. "Considero", dice el sancionado, "que en ningún momento el alcalde puede ser tachado de proteger mi persona; sí estoy dolido con la alcaldía porque en mayo de 1986 no abriera un informe de los policías que lanzaron ciertas acusaciones contra mí por el caso La Conejita, ya que en aquellas fechas se me achacaba de abusos deshonestos contra esta joven, aunque ya quedara probado en aquel entonces, por un informe del alcalde, que no se tenían pruebas de esa acusación, lo que ha sido posteriormente confirmado en juicio ante el juzgado de Aranjuez, al quedar sobreseído el caso, igualmente por falta de pruebas".
Sí tiene constancia de que el hecho de haber sido sancionado por abandonar el puesto para acudir al entierro del familiar de un compañero está probado, "porque además yo era en aquel momento, 30 de abril de 1984, jefe accidental de la policía y, como cualquier compañero haría, acudí a dicho entierro, pero no considero que sea justo sancionarme por ello, como la resolución del expediente dice".
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