Entusiasmo de crítica y público ante la muestra de teatro español en México
La muestra de teatro español concluyó de forma apoteósica en el Distrito Federal con la representación de Luces de bohemia, de Valle-Inclán, y continuó con éxito en Monterrey y Villahermosa, dos ciudades del interior de la República. Con una ovación de varios minutos y gritos de "¡Bravo!", el público, que llenaba hasta las escaleras del teatro del Bosque, despidió a los actores de Luces de bohemia, última representación de la muestra de teatro español en la capital mexicana.
A la hora de hacer balance de la muestra se advierte que hubo coincidencia entró el público y la crítica. Resulta dificil decidir quién mostró más entusiasmo. En una de las representaciones del La Fura dels Baus, las entradas, que costaban en taquilla 2.000 pesos (unas 220 pesetas), se cotizaban en la reventa a 12.000 pesos (1.320 pesetas). Un grupo de jóvenes, impaciente por acceder al local donde se ofrecía el espectáculo, rompio la puerta de acceso.Espigar entre los centenares de artículos que la Prensa capitalina dedicó a la muestra provoca casi sonrojo por la cantidad de elogios. "Desde España ha llegado a México la posmodernidad", titulaba uno de los comentaristas del periódico La Jornada. "Luces de bohemia, apoteósico final de la muestra española", escribía El Universal. Excelsior definía al actor José María Rodero como "el Lawrence Olivier de España".
Pablo Espinosa, crítico de La Jornada, resumía que con Luces de bohemia se puso "broche de oro a unas jornadas de teatro español jubilosas". Concluye el crítico: "La calidad del posfranquismo nos ha llegado. Queda,instaurada la República de los Demonios (Comediants), la pulcra revivificación de los clásicos (Marsillach y la Compañía Nacional de Teatro Clásico), las búsquedas reto de La Fura dels Baus (en la explanada del Auditorio Nacional, seis automóviles destrozados como travesuras de adolescentes alucinados) y el vino escénico de PasquaI-Valle-Inclán: las luces de la bohemia, el deporte nacional, la estética de los espejos cóncavos a una realidad sistemáticamente -deformada. Luz, luz, más luz".
Interés de las autoridades
Las autoridades mexicanas de la cultura dan gran importancia a la muestra: "Aunque estuviéramos en quiebra, no se puede soslayar el aspecto cultural", declararon. En la situación de crisis económica por la que atraviesa México, el esfuerzo de haber llevado esta muestra de teatro español merece destacarse especialmente. Los representantes del Ministerio de Cultura español cifraron en 60 millones de pesetas el coste de la parte española de la muestra. Destaca sobre todo que el público y la crítica mexicana han tenido ocasión de, tomar contacto con esta expresión de la cultura actual española, que causó impacto.En su artículo Desde España ha llegado a México la posmodernidad, Hermann Bellinghausen explicaba: "Durante siglos, los españoleshan traído a México una gran cantidad de cosas, como imposición o como donativo (la sangrienta venida de Cortés" las iluminaciones del padre Las Casas), como dominio o inmigración (la colonia, el exilio republicano), como aplatane o estímulo. A ellos les debemos el catolicismo, el fútbol, la sífilis, la escuela mexicana de patología y las panaderías". Después de esta introducción, escribe; "En 1987 nos llegó de España nada más y nada menos que ta posmodernidad".
Amancio Prada, que actuó dos veces en la capital, se ganó el'calíficativo de "trovador" en la crítica de El Universal, que escribe: "Su voz tiene todo, menos anodina. Agrada, atrapa, da vida a los versos más disírnbolos y su música se adhiere a la poesía como si hubieran nacido juntas, (...) dándole lo mismo al colorido de una alborada violácea que al de un tierno amanecer junto al verde mar". La escenificación de los clásicos de la Companía Nacional, que dirige Adolfo Marsillach, también mereció el beneplácito de la crítica mexicana.
El crítico de Uno Más uno resume: "Esta muestra ha terminado en la ciudad de México dejando un sabroso aroma a buen teatro, diverso, que va desde ese Centro Dramático Nacional a las alucinantes propuestas de La Fura dels Baus y Els Comediants".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.