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Lola Flores y su marido declararon ayer durante dos horas y media en el juzgado acusados de delito fiscal

La popular cantante folclórica Lola Flores y su maridó, Antonio González, El Pescailla, prestaron ayer declaración durante dos horas y 35 minutos. ante la titular del Juzgado de Instrucción número 20 de Madrid. La juez había reclamado la presencia del ahogado de la familia, Pedro Julián Romero, el pasado viernes. Las diligencias forman parte de la querella presentada por la Fiscalía de Madrid por presunto delito fiscal, a raíz del expediente instruído por Hacienda en el que se reclama a la cantante la cantidad de 53 millones de pesetas de impuestos sobre la renta no declarados entre 1982 y 1985.

Lola Flores y su marido llegaron al Juzgado a las 10.21 horas de la mañana, acompañados de su abogado, Pedro Julián Romero. Salieron, dos horas y 35 minutos después, escoltados por una pareja de la Guardia Civil que a duras penas pudo protegerla del acoso de medio centenar de periodistas."Qué quieres que te diga" hijo mío, si estoy muy preocupada", confesó Lola al salir, llevada casi en volandas desde la puerta de la sala de audiencias del Juzgado número 20 al ascensor más próximo. Ya, en el coche, añadió a través del cristal, ayudándose con gestos, que había contestado "a un sinfín de preguntas", que el asunto va para largo" y que había dicho "la pura verdad".

"Ha sido un fallo"

La de ayer no era la Lola de siempre. Llegó seria y vestida toda de negro, con un traje de falda y chaqueta de cuero, gafas oscuras y aspecto de sobrellevar un gran disgusto. "No se nada, no puedo decir nada. No he leído la querella, para eso está el abogado", dijo al entrar. Aparte de, ante la avalancha de preguntas y los flases, "esto no es el estreno de un teatro" y " por favor no me vaya a caer". Su marido, chaqueta de espiguilla, corbata y pantalón azul oscuros, fue aún más escueto: "Por favor, no sabemos nada".

Por la tarde, más sosegada y ya en su casa, Lola insistió en su gran disgusto: "A ver, si no puedo más, el médico me ha dicho que me vaya al campo. En estos años he acumulado muchas trampas. Ha sido un fallo, lo sé, pero yo no soy más que una artista, corazón. Llevo siete meses sin trabajar, pero queme den 100 galas los ayuntamientos y verán cómo pago yo eso".

También anunció su intención de querellarse y pedir 500 milones contra la revista Interviú, que le confirmó ayer su intención de, sacarla en portada, desnuda, para "mostrar cómo me ha dejado Hacienda". "No hay derecho a tirar por los suelos todo mi prestigio".

El matrimonio prestó declaración por separado, primero ella, "porque tenemos separación de bienes desde que nos casamos". Según sus abogados -José María Stampa Braun ha pasado a colaborar en la defensa- y la misma Lola, tuvieronque responder a un sinfín de preguntas ("había un expediente así de grande") relacionactas con sus actividades artísticas de los años 1982 a 1985.

En esos años ha dejado de ingresar una cuota acumulada de 53 millones de pesetas. Al margen de lo que pueda suceder por la acusación de delito fiscal, la sanción tributaria y los intereses de demora elevan ya su deuda con el fisco a algo, más de 100 millones.

La Inspección Fiscal, según Hacienda, ha recostruido su actividad de ese período, los contratos "uno por uno" y las declaraciones exclusivas a algunas revistas, su otra fuéntes de beneficios. El caché de la cantante alcanza hasta un millón y medio por gala, sobre todo en los espectáculos que contratan ayuntamientos y otras instituciones.

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