Bettino Craxi desafía a la DC a presidir un Gobierno que haga los referendos
El secretario general del Partido Socialista Italiano (PSI), Bettino Craxi, desafío ayer a la Democracia Cristiana (DC) a que presida un Gobierno con participación socialista que finalice la presente legislatura (en el verano de 1988) y haga los referendos sobre la justicia y la energía nuclear, previstos para el próximo 14 de junio. De esta manera, con un discurso de tintes electoralistas, el líder socialista clausuró en Rímini, a orillas del Adriático, el 44º congreso de su partido, que se desarrolló desde el pasado martes bajo el síndrome de la crisis política italiana. Esta crisis entra esta semana en una fase decisiva al debatirse en el Parlamento la suerte del Gobierno presidido por Craxi.
Rodeado del entusiasmo y del apoyo de los más de 1.000 delegados y cerca de 30.000 simpatizantes que acudieron a Rímini a escucharle, Bettino Craxi desarrolló un discurso mordaz y de batalla con el que preparó todas las bazas para una eventual campaña electoral si no se reconstruye el pentapartido (coalición de Gobierno integrada por democristianos, sociallistas, socialdemócratas, republicanos y liberales) y hay elecciones generales anticipadas.El líder socialista, que fue reelegido el sábado secretario general con el 93% de los votos, centró su intervención en dos planos: con referencia a la crisis política, atribuyó la responsabilídad a la DC, y, con relación, al Partido Comunista Italiano (PCI), señaló las distancias existentes, aunque sin renunciar a la posibilidad de lograr en ambos casos acuerdos para el futuro.
En cuanto a su propio partido, al que definió como "serio y fiable", dijo que siente "los valores democráticos liberales ' cristianos y laborales" y que en los próximos años debe luchar por ser más grande y decisivo para impulsar "el desarrollo del socialismo y el progreso de Italia".
Después de levantar una ovación al consignar "la indignación" de los socialistas por unas declaraciones del secretario general de la DC, Ciriaco de Mita -quien dijo que el PSI era un partido "poco fiable para la democracia"-, Craxi volvió al punto de partida: "Quien en la Democracia Cristiana cree que el PSI es fiable, que afronte esta situación: evitará la disolución de las Cámaras, permitirá a los democristianos guiar el Gobierno y evitará un choque político en el interior de la alianza".
Craxi completó esta alusión, dirigida a los democristianos como Giulio Andreotti o Arnaldo Forlani, que al parecer no comparten del todo la táctica seguida por De Mita en esta crisis, con este concepto: "Fuerá del perímetro de esta mayoría, es improbable la constitución de una normal mayoría de Gobierno".
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