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Problemas con las bases en España

Regatear sobre las bases militares tiene todas las satisfacciones de la lucha armada sobre un barco que se hunde. Los intereses de la estrategia global se mezclan desesperadamente con violentas disputas regionales cuando se trata de aliados de la OTAN, como Grecia y Turquía. Calcular una compensación justa por las bases de las Azores aviva la discusión con Portugal. Y las cosas pueden volverse amargas cuando las democracias heredan acuerdos sobre bases firmados por anteriores dictadores, como en el caso de Filipinas. O en España, donde Estados Unidos está aprendiendo otra vez que tener bases requiere duros compromisos.Consideremos primero el caso de González. Justo el año pasado arriesgó su piel, políticamente, invirtiendo la oposición de su Partido Socialista a la OTAN. Y España, prometió, estaría libre de armas nucleares. Ahora tiene que rendir cuentas y no tiene mucho espacio para maniobrar. Las bases se establecieron bajo un acuerdo en 1953, que fue un importante golpe político para el entonces aislado dictador, general Franco. En otras partes de Europa las bases de Estados Unidos se identificaban con la defensa de la democracia; en España eran vistas como un pilar de la tiranía. Pero si España mira sólo hacia su política interior y no hacia las necesidades de una defensa común, puede no haber solución. Esas bases son de considerable importancia.

, 24 de marzo

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