Ratzinger reconoce que el documento sobre fecundación artificial no será bien acogido
El prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Joseph Ratzinger, presentó ayer por la mañana en la abarrotada sala de prensa vaticana el documento pontificio sobre los problemas morales de La vida humana naciente y la dignidad de la procreación, que ya se había filtrado a la Prensa días atrás. Ratzinger reconoció que la acogida del documento en el mundo "no será unánime y positiva" a causa de la condena casi total de los métodos de fecundación artificial para poder tener un hijo.
El cardenal alemán explicó que la Iglesia "no puede aceptar el más mínimo compromiso con una visión en la que el deseo subjetivo sea el criterio único y suficiente para legitimar cualquier intervención médica".La única posibilidad aceptada por el documento para una cierta fecundación artificial es la que se limita, entre esposos casados por la Iglesia, a ayudar al acto conyugal a alcanzar sus objetivos naturales, es decir, la procreación. A los periodistas que pedían explicaciones sobre la realización práctica de dicho método, el cardenal Ratzinger respondió que la comisión de cardenales no quiso entrar en la discusión del tema por considerarlo "excesivamente técnico". Precisamente el día anterior el diario La Repubblica especulaba que en dicho caso podría considerarse lícito, por parte del marido católico, usar un preservativo parcialmente perforado para que de ese modo el acto conyugal pudiese considerarse por una parte orientado hacia la procreación, como pide la Iglesia, y por otra pudiera retener parte del semen masculino para que inmediatamente después el médico pudiese introducirlo en la vagina de la esposa.
Respondiendo al vaticanista del diario L'Unitá, órgano oficial del Partido Comunista, el cardenal Ratzinger afirmó que ni siquiera en el caso hipotético de que el uso de células de embriones humanos fuesen capaces de eliminar el cáncer del mundo podrían usarse, ya que "no es moral", dijo el cardenal, "matar a un ser humano para salvar a los demás". El documento habla siempre del aborto como "supresión directa de inocentes" y el cardenal Ratzinger insistió en que todo embrión es ya una persona humana con su dignidad de hombre o mujer y sus derechos propios.
Cigotos
El padre Angelo Serra ofreció las últimas estadísticas mundiales sobre la fecundación artificial. De los 200 centros del mundo donde se realizan actualmente dichos métodos, respondieron a un sondeo, dijo, 62. En ellos, de 14.585 cigotos usados, sólo 7.983 han sido implantados en mujeres estériles. Se perdieron así 6.624 embriones que la Iglesia considera abortos y por tanto asesinatos voluntarios. En total, en dichos centros consiguieron hasta ahora que 1.379 mujeres estériles hayan sido fecundadas. De dichos embarazos, dijo el jesuita, han nacido sólo 600 niños y se han producido 628 abortos.¿Es más fruto de pecado un hijo nacido de la violencia carnal ejercitada sobre una mujer o el nacido en probeta o usando la masturbación para la fecundación artificial?, preguntó un periodista italiano. Y la respuesta fue que ambos son hijos del pecado, pero que es difícil pesar en una balanza el grado de cada uno de estos pecados.
Quienes se extrañaron de que para este importante documento sólo hayan sido consultadas siete conferencias episcopales, de las que no se quiso dar el nombre, el cardenal respondió que eso ha sido ya una concesión, puesto que en este tipo de documentos especializados su congregación no suele consultar nunca a los obispos.
El secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el arzobispo Alberto Bovone, también presente en la conferencia de prensa, y que se lamentó de la fuga periodística del documento, confirmó que éste había sido solicitado por el papa Wojtyla, el cual, dijo, "ha seguido muy de cerca día tras día su elaboración".
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