_
_
_
_
Reportaje:

Howard Baker

El 'regente' de Ronald Reagan

Francisco G. Basterra

Howard Baker, el hombre encargado de salvar la presidencia de Ronald Reagan, es calificado ya como el regente que mantendrá en pie los dos últimos años de la era reaganiana. "No seré un primer ministro, y sé muy bien quién es el presidente", ha afirmado el nuevo jefe del gabinete presidencial. Pero Baker, un respetado y hábil ex senador de 61 años, será la principal y más poderosa influencia, junto con la reina Nancy, sobre un emperador que se ha quedado desnudo y ha perdido repentinamente su magia.

La influencia de una persona que no ha sido elegida ya no extraña a los norteamericanos. Un 66% de ciudadanos, según la última encuesta publicada por The New York Times, cree que "la mayor parte del tiempo, son otros y no el presidente quienes realmente dirigen el Gobierno". Su gran sentido común, su principal virtud, valiosísima en una Administración llena hasta ahora de temerarios misioneros ideológicos, le ha hecho llegar a un pacto de no agresión con Nancy, cuyos manejos fueron determinantes para la caída de su antecesor Donald Regan."La moderación es una alternativa creativa". Esta frase resume la filosoflia de Baker, que ha aceptado la difícil tarea de evitar que el descalabro provocado por el Irangate se convierta en un desastre irreversible. Baker, que ha abandonado sus aspiraciones presidenciales para acudir en ayuda de un hombre del que ideológicamente le separa bastante, es sobre todo un político profesional. Reagan, finalmente, ha tenido que acudir a uno de ellos, contra .los que ha hecho su carrera política, para que le ayude a reparar los platos rotos. Baker alcanzó resonancia nacional gracias a las investigaciones del Watergate, y un escándalo similar le trae de nuevo al primer plano. Le hizo famoso la pregunta que hacía, con las cámaras de televisión transmitiendo en directo, en el verano de 1973, a todos los testigos que comparecían ante el comité especial del Senado: "¿Qué sabía el presidente Nixon y cuándo lo supo?". Ya tiene, pues, una cierta práctica.

Baker, nacido en Tennessee hace 61 años, hijo de un congresista y casado con la hija de otro senador, con quien tiene dos hijos, ocupó un escaño en el Senado desde 1966 a 1984. Ahora ganaba medio millón de dólares como abogado en Washington. "Nunca ha sido ni demasiado conservador ni demasiado líberal; va por el centro, como el río Tennessee", afirma su madrastra. Afable, es un maestro del compromiso, y su principal objetivo en esta difícil etapa será recomponer los puentes de la Casa Blanca con el Congreso destrozados por Donald Regan.

Se ha opuesto a la fantasía de la guerra de las galaxias y más bien cree que debe ser un instrumento de negociación con la URSS, con quien defiende la necesidad de reducir armamento. Baker, un convencido de la política de distensión de los setenta, era el favorito de Richard Nixon para la carrera presidencial de 1988. Cree en la necesidad de aumentar los impuestos para reducir el déficit, anatema para los reaganistas, e irritó a Reagan, al que se enfrentó en las primarias de 1980, cuando apoyó en el Senado el tratado de devolución del canal de Panamá. Pero es un hombre muy leal y ha afirmado que trabajará con Reagan sin problemas. Un miembro de la Casa Blanca resumió su nombramiento: "Nos hemos separado dos metros del borde del precipicio".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_