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La apertura de Gorbachov llega a la moda

Pilar Bonet

La primera edición en ruso de una revista de modas occidental, la publicación alemana Burda, fue festejada ayer por todo lo alto en Moscú en la sala de las Columnas de los sindicatos soviéticos, donde se celebran tradicionalmente actos oficiales, tales como los velatorios de los líderes fallecidos. La apertura de Mijail Gorbachov ha llegado también a la moda.

La colección de otoño-invierno de la revista fue presentada por modelos llegadas de Nueva York muy cerca de donde se colocaron los ataúdes de Leonidas Breznev, Yuri Andropov y Constantin Chernenko. El primer número en ruso de Burda tiene una tirada de 100.000 ejemplares y ha recibido una enorme publicidad en la URSS.Por el momento, la revista no se venderá en los quioscos ni estará al alcance de cualquiera de los 150 millones de mujeres soviéticas que pueden contarse como lectoras potenciales. En 1987, Burda, que espera llegar al millón de ejemplares en 1989, se distribuirá a través de las organizaciones oficiales de mujeres o se venderá por suscripción en divisas. La televisión soviética presentaba anoche en su primera cadena un programa especial de una hora titulado Burda presenta...

Pese a lo esperado por los organizadores, la primera dama de la URSS, Raisa Gorbachova, no asistió ayer a la presentación. Sí lo hizo el ministro de Industria Ligera, de quien dependerá la rama de la confección, y la esposa de Andrei Gromiko, Lidia, que se encontraba sentada discretamente detrás de Aenne Burda, la directora de la empresa germano occidental.

La colección, presentada al ritmo de un combinado de melodías ligeras occidentales, tenia una línea clásica y en su mayoría estaba formada por vestidos diseñados fuera de la URSS y realizados con tejidos occidentales. Una parte muy pequeña de la colección estaba hecha con tejidos soviéticos. El pase, que duró una hora y media, concluyó con un conjunto de trajes de novia y modelos de lazos, terciopelos y volantes para niños.

Burda ya es conocida en la URSS, donde se cotiza en el mercado negro y donde sus patrones son apreciados porque permiten confeccionar unos vestidos imposibles de adquirir en los comercios soviéticos.

La edición en ruso ha sido elevada prácticamente a la categoría de símbolo en lo que a preocupación por aumentar la comodidad y estética cotidiana se refiere. Burda es también el resultado de una de las primeras empresas mixtas con compañías occidentales fundadas en la Unión Soviética.

El órgano del partido comunista, Pravda, informaba ayer que Vneshtorgizdat y Burda se han asociado con capital y dirección mixtos, aunque todavía no han firmado el contrato y encuentran dificultades burocráticas en la puesta en práctica del proyecto.

Burda fue la revista elegida para su difusión en ruso por su "carácter democrático", aseguraba en Pravda V. Prokopov, director general de Vneshtorgizdat, ya que los vestidos que contiene sirven "para ir al trabajo, para ir de visita y al teatro" y además no exigen que la mujer tenga "figura de maniquí".

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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