Reagan pone al director del FBI al frente de la CIA

El presidente norteamericano, Ronald Reagan, designó ayer al director del Buró Federal de Investigación (FBI), William Webster, como nuevo director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA). El anuncio se produjo justo un día después de que Robert Gates, designado para el puesto, se viera forzado a presentar su dimisión, víctima también del Irangante. Gates estuvo muy próximo al escándalo y no dio la alarma a tiempo. Webster, que recibió la propuesta el pasado viernes, manifestó ayer que aceptaba el encargo de Reagan para cubrir el puesto dejado vacante por William Casey.

Su aceptación le soluciona un importante problema a Reagan que deseaba cubrir ese puesto clave para la seguridad nacional antes del mensaje televisado a la nación que iba a prununciar anoche (a las tres de la mañana de hoy, hora peninsular española).Con la elección de Webster, que la semana pasada celebró su noveno aniversario al frente del FBI, Reagan ha designado a un hombre que es admirado por los congresistas. El presidente dejó caer a Gates para evitar una difícil batalla de confirmación en el Senado. Tras su caída, Reagan buscaba urgentemente, ayudado por el regente Howard Baker, un director para la CIA. En búsqueda de la credibilidad perdida, el puesto de primer espía del país fue ofrecido inicialmente a John Tower, responsable de la comisión que confirmó que el presidente Reagan no está al mando ni comprende los asuntos de Estado.

Pero el diminuto y prestigioso ex senador republicano ha rechazado la oferta, algo que le está ocurriendo últimamente a esta administración que, inmersa en su más profunda crisis, no encuentra facilmente repuestos para los agujeros que está provocando el Irangate.

Poco antes de que se conociera su designación como director de la CIA, Webster había afirmado que EE UU podría considerar el secuestro de presuntos terroristas, en el extranjero para hacerles comparecer a juicio.

El fiscal especial del Irangate, el juez Lawrence Walsh, contraatacó ayer judicialmente contra el "deliberado intento de North de interrumpir la investigación". North, el principal ejecutor del desastre iraní, ha contestado ante los tribunales la constitucionalidad del nombramiento del fiscal especial.

Con un 51% de los norteamericanos que cree que Reagan está mintiendo y un 32% que estima que debía pensar en dimitir, Howard Baker ha iniciado la diricil tarea de reconstruir la presidencia de éste. El discurso que iba a pronunciar anoche el presidente, el más importante de su vida política, "tendrá un profundo efecto en la impresión que tiene el país de su papel como presidente y de su futura capacidad para gobernar", ha afirmado el nuevo jefe del gabinete presidencial.

Reagan, en un aparente esfuerzo por demostrar que se encuentra al frente de los asuntos de la nación, interrumpió ayer los preparativos de su discurso e irrumpió en la sala de prensa de la Casa Blanca para anunciar personalmente la presentación, hoy en Ginebra, de un proyecto de acuerdo sobre reducción de euromisiles.

Por otra parte, el vicealmirante John Poindexter aceptó ayer su degradación a contralmirante y continuará en activo, informó el Pentágono. Poindexter dimitió el pasado noviembre como asesor de seguridad nacional de Reagan por su implicación en el Irangate.