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EL DEBATE SOBRE 'EL ESTADO DE LA NACIÓN'

El presidente del Gobierno defiende una industria de armamento sin matices ideológicos

El presidente del Gobierno, Felipe González, utilizó ayer nuevamente la técnica de la respuesta globalizada en la segunda jornada del debate sobre el estado de la nación, lo que restó viveza a la sesión parlamentaria y originó las protestas de la oposición, como había ocurrido el día anterior. El jefe del Gobierno se defendió de las acusaciones respecto a las ventas españolas de armas ofreciendo una relación de otros comercios internacionales de material bélico para hacer ver que este tipo de negocios no se fundamenta precisamente en cuestiones ideológicas.

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Entre las numerosas mociones presentadas al término del debate por los grupos parlamentarios, figuraban sendos textos de Izquierda Unida y del PDP para que el Parlamento controle las ventas de armas. En otra moción, el Grupo Popular pidió las reprobaciones del ministro de Educación y Ciencia, José María Maravall, "por su incompetencia", y del titular de Sanidad. Julián García Vargas, por la "degradación de la asistencia sanitaria".Las intervenciones de Iñaki Anasagasti (PNV), Gerardo Iglesias (Izquierda Unida), Óscar Alzaga (PDP), José Antonio Segurado (Partido Liberal), y cinco miembros del Grupo Mixto tuvieron un denominador común que bien podría resumirse -si bien la frase no llegó a ser pronunciada- en esta idea: "no reconocemos España en las palabras del presidente".

El tono del debate comenzó con el listón mucho más bajo que al término de la sesión inaugural, celebrada el pasado martes. Tras unas palabras de Félix Pons recordando la personalidad de Jesús María Viana, fallecido en la mañana de ayer, el primero en intervenir fue Anasagasti, quien había preparado su discurso apenas unas horas después de que su partido y los socialistas acordasen compartir un Gobierno de coalición en Euskadi.

En ese clima se desarrolló su exposición ante la Cámara. La guerra de cifras dominó las intervenciones siguientes, en las que los portavoces esgrimieron datos mucho más negativos que los resaltados el día anterior por el presidente del Gobierno.

La sesión tuvo su momento más animado gracias a un desliz de Gerardo Iglesias, quien utilizó como referencia de autoridad una cita de "don Ramón y Cajal", olvidándose el nombre de pila, Santiago. Mientras, el otrora portavoz de los comunistas, apellidado Carrillo y homónimo del Premio Nobel, le contemplaba desde la tribuna de prensa. Debió de ser un lapsus "sublimal", expresión que utilizó después Segurado para criticar los mensajes del Gobierno y que sumió a algunos en la duda de si habría querido decir "subliminal" o -ciertamente, con menos posibilidades de verosimilitud- "sublime".

Lo más interesante del debate propiamente dicho -al margen de las largas exposiciones de los portavoces- se centró en dos capítulos: la posibilidad de que las elecciones al Parlamento Europeo se celebren con circunscripciones regionales y las ventas de armas autorizadas por el Gobierno español.

La venta de armas españolas ocupó como el día anterior varios párrafos de los portavoces. Gerardo Iglesias, por ejemplo, denunció el comercio de material bélico con Irán o Irak, países en guerra, y también la venta de armamento a. Marruecos, "que lo emplea luego contra el pueblo saharaui".

Felipe González aseguró en su respuesta que las ventas de armas cumplen los requisitos legales exigidos y que son aprobadas por una comisión interministerial. "Cabe la posibilidad", añadió, "de que lleguen armas por vía indirecta a terceros países. Nosotros hacemos lo posible por evitarlo. España cumple todos los criterios internacionales de embargo". González leyó la lista de los países con mayor volúmen de venta de armas; y, como conclusión, añadió: "Ningún signo ideológico nos puede dar una lección moral en esta materia".

Anasagasti y Juan María Bandrés (Euskadiko Ezkerra), como había hecho el día anterior Miquel Roca, de Minoría Catalana, reclamaron las circunscripciones, por comunidades autónomas y recordaron que los Parlamentos de Galicia, Euskadi y Cataluña habían pedido ese sistema electoral.

Parlaimento Europeo

En su contestación, Felipe González explicó que el PSOE apoyaría esa posibilidad si antes los grupos nacionalistas llegasen a un acuerdo al respecto con la oposición. Bandrés le devolvió el balón: "yo le propongo que cada comunidad autónoma debata en su Parlamento si desea ser circunscrípción en las elecciones para el Parlamento Europeo, y que lo apruebe por mayoría cualificada si fuera ese su deseo".

El presidente ya no respondió a la propuesta, que se reproducirá previsiblemente hoy durante el debate de totalidad sobre la ley. de elecciones para la Asamblea, de Estrasburgo.

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