Oferta de milagros y lágrimas
Números redondos sobre una jornada cualquiera de Berlín 87. La cantidad de proyecciones diarias oscila entre 60 y 70. A lo largo de 12 jornadas eso da lugar a un rosario de sesiones que se acerca al millar de proyecciones de unas 250 películas en una veintena de salas. Esto se dice fácilmente, pero no se hace con facilidad. Organizar bien estos centenares de proyecciones supone la puesta en marcha de un tratado de álgebra, y hay que decir que aqui todo funciona con precisión milimétrica. No hay probablemente en el mundo un festival de cine mejor organizado que éste.
En una muestra así de milagrosa se pueden detectar los vaivenes de las tendencias del mercado de películas. Si el año pasado dominó la oferta de acción, de guerra y de política, este año parece haber dado un vuelco y en la producción rompedora se nota una curiosa inclinación a ofrecernos asuntos sentimentales y religiosos.
Santoral
Una vez más el cine norteamericano dio la orden de salida: por un lado El color púrpura y por otro La misión abrieron los caminos. Las tres películas de la jornada de ayer sonaban, más o menos directamente, en serio o en broma, a asuntos religiosos. Se rueda actualmente en Francia una biografía por todo lo alto de Bernadette Soubirous, la santa de Lourdes.Quienes saben orientarse en los interminables laberintos del mercado de películas apuestan a que la ola llorona y milagrera no ha hecho mas que empezar. A Rambo e Indiana Jones les puede suceder, si Dios no lo remedia, un mar de lágrimas de cine sentimental y una reedición en colorines del olvidado santoral en blanco y negro.
Babelia
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