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La inminente intervención de tropas sirias logra un precario alto el fuego en Beirut

Un comerciante suní del barrio beirutí de Aicha Bakar salió en la mañana de ayer a la calle. El hombre hizo el recuento de sus pérdidas: coche calcinado. tienda saqueada y vivienda alcanzada por un obús. "Si al menos supiera que es la última vez...", dijo a un grupo de periodistas que rondaban por allí. La inminente intervención masiva de tropas sirias en Beirut Oeste logró establecer un precario alto el fuego en la ciudad a partir de la tarde del pasado jueves. Un total de 200 muertos y 300 heridos ha sido el resultado te los combates iniciados el pasado domingo, según las primeras evaluaciones.

[Unos 3.000 soldados sirios eran esperados hoy en Beirut oeste para pacificar el sector, de mayoría musulmana. Según algunos testigos, decenas de camiones militares sirios que cargaban anoche material bélico se reagruparon en la región de Mdirej, 30 kilómetros al este de Beirut, para dirigirse a la capital libanesa, informa AFP.]La mañana de ayer fue fría y soleada en Beirut. En el sector musulmán de la ciudad, sacudido por cinco días de combates, la vida normal seguía paralizada. Algunos civiles recogían escombros, inventariaban daños o corrían a lugares más seguros. Los enmascarados francotiradores aún disparaban desde los tejados.

Un severo ultimátum del brigadier Gazhi Kanaan silenció, sin embargo, la mayoría de las armas. El jueves por la tarde, el jefe de los servicios de seguridad sirios en Líbano había amenazado con una entrada en tromba de sus tropas en Beirut Oeste si no se producía de inmediato un alto el fuego.

Fuerza de interposición

El alto el fuego era garantizado por una pequeña fuerza de interposicion entre los contendientes, formada por 200 soldados sirios y 300 libaneses. Los milicianos shiíes de Amal, en franca situación apurada, habían recibido a la fuerza de interposición con gritos de "Alá Akbar" ("Dios es grande").

[El líder de Amal, Nabih Berri, que vive en Damasco, aseguraba ayer, sin embargo, que su movimiento ha ganado la batalla y controla "nuevas posiciones sobre el terreno". A pesar de ello, reclamó la intervención de una fuerza siria en Beirut Oeste, informa Reuter.]

Los enemigos de Amal, la alianza izquierdista y propalestina, formada por los drusos del Partido Socialista Progresista (PSP), los comunistas y los morabitun (nasseristas suníes), no habían tenido más remedio que detener sus ofensivas en los numerosos frentes que dividen la ciudad. Iban ganando y ya tenían el control casi absoluto del centro, el barrio de Hamra, pero la amenaza siria iba claramente dirigida contra ellos.

"No quiero revivir 1976", declaró el druso Walid Jumblatt, líder del PSP. Aludía a la entrada en Beirut ese año del Ejército sirio, en una operación de apoyo a los entonces acorralados cristianos y de enfrentamiento a la alianza de palestinos, drusos y musulmanes progresistas. Jumblatt añadió: "Habríamos podido preservar a Beirut de esta catástrofe, pero a lo hecho, pecho".

Jurriblatt y el dirigente comunista Georges Hawi, cristiano greco-ortodoxo, dieron orden a los suyos de detener su impulso, y tomaron, una vez más, el camino de Damasco.

[La capital siria era ayer el marco de complicadas negociaciones. Jumblatt se reunió dos veces con el vicepresidente sirio, Abdel Halim Jadam. Berri, sin embargo, dijo que no veía la necesidad de reunirse con el líder druso, informa AFP.]

[Por otra parte, emisoras de radio libanesas aseguraron ayer que Antoine Lahd, jefe del Ejército del Sur de Líbano (ESL), milicia apoyada por Israel, ha propuesto canjear 300 palestinos y libaneses que tiene en su poder por varios israelíes capturados por milicias musulmanas, informa Reuter.]

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