La nueva legislación del menor no elevará la edad penal

El ministro de Justicia, Fernando Ledesma, anunció ayer una nueva legislación del menor, que comprenderá una ley de adopción y acogimiento, una ley penal, un estatuto y una especialización de los jueces que se ocupen de este campo. La solución," añadió, no está en elevar la mayoría de edad penal de los 16 a los 18 años, casos en los que la ley permite al juez optar por rebajar la pena en dos grados y enviar al menor a una institución de reforma y apuntó la posibilidad de que fueran juzgados por jueces especializados.Ledesma hizo este anuncio en el curso de una comparecencia ante la Comisión de Justicia e Interior del Senado. El ministro señaló dijo que la Constitución se ocupa de los derechos y deberes de los menores, pero que "en la realidad de la vida es insatisfactorio el grado de cumplimiento de estos mandatos", por lo que es necesaria una reforma que comprenda la prevención, la protección del menor abandonado o las medidas legales ante una conducta delictiva y la reinserción social del menor.

El ministro de Justicia inició su intervención señalando que de las 2.000 plazas que existen en la carrera judicial, 500 están vacantes. A estas 500 -añadió- habría que añadir otros 1.000 jueces y magistrados más para que se cubrieran las necesidades de la justicia de los próximos años. Sobre la actividad del Centro de Estudios Judiciales, que inició su actividad hace cinco meses, en sustitución de la antigua escuela judicial, Ledesma dijo que desarrollará una doble tarea.

La primera, explicó, en estrecha conexión con el Consejo General del Poder Judicial, comprende la selección y formación de jueces y magistrados, el perfeccionamiento de los jueces que acceden a la magistratura y la especialización de los jueces de menores. La otra se refiere a la formación y perfeccionamiento del resto del personal de Justicia. Sobre la selección de jueces y magistrados, Ledesma explicó que se pretendía pasar de un sistema de oposición largo y excesivamente memorístico a otro en el que se suprime el ejercicio oral, y en el que un curso práctico, formará parte de la nota final que se obtenga.