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La esquela de la discordia

El anuncio de la muerte del nazi Gerhard Klopfer indigna a la comunidad judía de la RFA

Una esquela publicada en un diario regional que anunciaba la defunción de un octogenario ha provocado la indignación de la pequeña comunidad judía de la República Federal de Alemania (RFA). El anciano era Gerhard Klopfer, el último superviviente de los asistentes a la Conferencia de Wannsee, en la que se decidió la "solución final de la cuestión judía", eufemismo con el que el nacionalsocialismo alemán denominó el exterminio acelerado de la población hebrea en Alemania y los territorios ocupados.Poco antes de cumplir los 82 años, moría el pasado mes, en la ciudad de Ulm, Gerhard Klopfer, anciano abogado jubilado hace ya lustros. Su viuda encargó la publicacion de una esquela que entre otros elogios decía: "Es la culminación de una vida dedicada siempre al bien de aquellos que estuvieron relacionados con él". Esta frase provocó airadas reacciones de algunos lectores del diario y del jefe de la comunidad judía de Berlín, Heinz Galinski, quien tachó la esquela de "indignante".

Klopfer ingresó en el partido nacional socialista el 1 de abril de 1933. Era, por tanto, un nazi de primera hora. Su vertiginosa ascensión en el partido culminó con su designación como obergruppenfuehrer (un mando equiparable al generalato) de las SS. Como tal, fue una de las 14 personas que se reunieron el 20 de enero de 1942 con Adolfo Hitler en la Villa Wannsee, en las afueras de Berlín. Allí la Conferencia de Wannsee aprobó el plan elaborado por Reinhardt Heidrich para el exterminio consecuente e industrializado de los judíos europeos.

En la reunión se elaboró todo un sistema de transporte ferroviario para el traslado regular de millones de judíos a los campos de exterminio, situados en su mayoría en territorio de la actual Polonia. Entonces se generalizaron los encargos de hornos crematorios a la industria y de gases letales como el ZycIon 2 a las factorias químicas.

Tras la guerra, Klopfer pasó un procedimiento de desnazificación, y poco después volvió a ejercer la abogacía. Numerosas denuncias por su participación de la historia" fueron rechazadas, al no poderse demostrar, muertos ya casi todos los asistentes, que Klopfer apoyó lo acordado en la citada conferencia. Lo seguro es que no hubo nunca indicios de divergencias en aquella reunión junto al lago de Wansee.

Respuesta de la viuda

La viuda ha respondido a las protestas señalando que en la esquela se había querido referir "a todos aquellos que continuamente nos han manifestado su admiración por la decencia que rigió siempre su vida". Según explica, también en el Estado nazi Klopfer mostró reservas frente a medidas "indecentes y que el quería resolver decentemente".

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