Música de cámara en el teatro Real

Jornada dedicada a la música de cámara en el teatro Real: por la tarde el trío madrileño Marbeel en la tarea siempre ingrata de sustituir al Coro Nacional con López Cobos; por la noche, comienzo del ciclo de cuartetos de Beethoven, con los Stradivarius de palacio en manos del cuarteto Endress, de Múnich.

Un trío de piano, violín y violonchelo como el Marbeel supone, siempre un combate entre el gigante Steinway, de voz amplia y potente, y la intimidad de las voces dialogantes. Pero tanto las versiones de Haydn (Trío en Sol mayor, Hoboken, XV, 25) como de Mozart (Trío en Sol, Koegel-Verzeichnis, 564) tuvieron traducciones limpias y academicistas. La pasión quedaba reservada para el nacionalismo de Smetana, el bohemio fundador de la escuela checa tanto en el campo teatral como en el sinfónico y el de cámara. A despecho de cierta verbosidad, la obra atrae y representa un modo tempranamente maduro de construir la música de cada país sobre su folclor.

Se lanza la universidad Autónoma al grito de los cuartetos beethovenianos en colaboración con el Patrimonio Nacional, que presta su preciosa colección de instrumentos Stradivarius. El cuarteto muniqués, al que da nombre su concertino, Heinz Endress, sabe bien en qué consiste el género cuartetístico, entiende con hondura y expone con claridad la cosmovisión beethoveniana en sus distintos estilos, tal y como lo demostró en el cuarteto sobre la Sonata para piano, opus 14 número 1, en el de las arpas (alusión bastante caprichosa a cierto diseño que aparece en el Allegro) y en el formidable, original y libérrimo Cuarteto en Mi bemol, op. 127, ya dentro del denominado "tercer estilo" por el musicólogo Wrihem von Lenz.