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SI A LA DEMOCRACIA EN FILIPINAS

El respeto a los derechos humanos

R. V., "He votado sí a la Constitución porque incluye el respeto a los derechos humanos", dice Noel Leison, un taxista del barrio más pobre de Manila, Tondo, en el que las casas populares lindan con los campos de barracas, algunas de ellas edificadas sobre las montañas de vertederos de basuras, palabra que en tagalo conserva toda su raíz de 400 años de colonización española.

Según Leison, de 25 años de edad, la presidenta aportará mejoras para Tondo. ¿Por qué? "Porque", dice, "Cory no viene a Tondo, como Imelda, a distribuir sacos de arroz, sino con programas para mejorar nuestra situación".

En Tondo, situado al noroeste de Manila, frente a la estación de contenedores del puerto, la pobreza -la miseria, en muchos casos-, no excluye el tipismo. Las calles son tan estrechas y las gentes tan pobres que los tryciles, o triciclos, no llegan ni a ser motos con sidecar para uno o dos pasajeros. Son, simplemente, bicicletas. Noel gana, pedaleando, unos 200 pesos al mes (unas 1.400 pesetas).

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"La mayoría de la gente que viene dice que votar sí", especifica, por su parte, Norma Togeno, de 40 años de edad, madre de seis hijos y maestra en la escuela elemental de Magasay, en Tondo, donde efectúa la labor de controladora del voto constitucional. Norma gana 1.700 pesos mensuales (unas 11.000 pesetas). "Lo más positivo que ha hecho Cory por Tondo, es parar el proyecto de urbanización de la zona, en favor de los especuladores urbanos", afirma la maestra.

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