El Gobierno italiano, poco partidario de grandes obras para el Mundial 90
El Gobierno italiano se ha mostrado poco partidario de las estructuras faraónicas, de cara al próximo Campeonato Mundial de Fútbol, que se disputará en Italia en 1990. Así se expresó ayer el ministro de Turismo y Espectáculos, Nicola Capria, ante las comisiones internas de la Cámara de los Diputados."Preferimos las reestructuraciones a los nuevos estudios", precisó el ministro Capria, quien añadió que no era partidario de endeudar el erario público con las inversiones para megaestadios. Se trataría de remodelar los ya existentes, haciéndolos modernos y utilizables más allá del Mundial 90, conforme a las normas de la FIFA.
Sin embargo, el senador Dino Viola, presidente del Roma, está empeñado en conseguir un gran estadio para la capital italiana, y rechaza las acusaciones de especulación en torno al proyecto de estadio de la Magliana.
El ministro de Exteriores, Giulio Andreotti, acaricia la misma idea de Viola, y en sus blocknotes del semanario L'Europeo escribe: "Cuando vi en España grandes estadios de fútbol construidos y repletos de decenas de miles de aficionados he sido partidario de análogas instalaciones también entre nosotros". Según Andreotti, es válida, la fórmula del presidente Viola, de construir un megacampo a través de la iniciativa privada colectiva, para no gravar al erario público.
Apoyo
En cualquier caso, el Campeonato Mundial de 1990 estará suficientemente apoyado como para no correr un peligro de pérdidas.
Al margen de las multinacionales extranjeras que intervengan a través de la ISC (International Sports Leasure), en la que se encuentran agrupadas para su publicidad en los grandes acontecimientos deportivos, habrá ocho grandes firmas nacionales colaboradoras de la entidad de Fiat, Alitalia, Olivetti, Banca Nazionales del Lavoro y RAI.
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