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Rendición de los soldados filipinos que se acantonaron en el Canal 7 de televisión

Los soldados rebeldes que se habían encerrado hace dos días en la sede del Canal 7 de la televisión filipina se rindieron a las 8.25 de hoy (1.25, hora peninsular española), según anunció el ministro de Defensa, Rafel Ileto, en el curso de una conferencia de prensa conjunta del jefe del Estado Mayor, general Fidel Ramos, y el jefe de los soldados amotinados, coronel Oscar Canlas. El ministro de Defensa señaló que los casi 200 soldados rebeldes serán conducidos a Fuerte Bonifacio, un campo militar cercano a Manila.

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Al dar cuenta de la rendición, Ileto dijo: "Estoy satisfecho de poder anunciar el fin pacífico de otro episodio histórico". El ministro de Defensa agradeció la participación de distintos miembros del Gobierno en las negociaciones, que habían comenzado a las seis de la mañana, cuando el coronel Óscar Canlas aceptó salir de la sede del Canal 7 y concluir las negociaciones.Por su parte, el coronel Canlas, preguntado si aceptaba la conclusión de las negociaciones como una rendición, dijo simple mente: "Nos vamos", pero en ningún momento utilizó la palabra rendición. Por su parte, el general Ramos señaló que los sol dados rebeldes "continuarán formando parte de las Fuerzas Armadas filipinas" y agregó que serán trasladados a Fuerte Bonifacio, una instalación militar situada cerca de Manila.

Ramos precisó que las investigaciones sobre la rebelión se llevarán a cabo más adelante. "Es prematuro hablar de tribunal marcial. Dependerá de la investigación". "Nuestra base ha sido", continuó Ramos, "buscar una solución pacífica sin baño de sangre".

Ramos agregó que la presidenta, Corazón Aquino, ha estado informada en todo momento de las negociaciones y que mañana continuará su programa político previsto.

El Ejército había lanzado ayer un ataque de advertencia con gases lacrimógenos contra los rebeldes que permanecían encerrados poco después de que se cumpliera un ultimátum del general Ramos. Sin embargo, las negociaciones prosiguieron una vez concluido el ataque. De madrugada, el coronel Oscar Canlas, líder de los rebeldes, junto con otros dos oficiales, abandonó la sede del canal televisivo para concluir las negociaciones.

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Los amotinados planteaban para deponer su actitud condiciones difícilmente aceptables para el Gobierno, entre las que figuraba la exigencia de que no serán castigados.

El ataque

El ataque del Ejército leal había comenzado poco después de las 22.30 (16.30, hora peninsular española) y los soldados que intervinieron en él habían recibido la orden de no utilizar sus armas de fuego.Tampoco se escucharon disparos realizados por los rebeldes, aunque a través de las ventanas podían verse claramente los cañones de los fusiles M-16 con que estaban armados. Las fuerzas leales habían anunciado a las 10 de la noche que al cabo de media hora procederían a desalojar la sede del Canal 7. Unos 1.000 soldados leales al Gobierno rodeaban el edificio, en el que cerca de 200 soldados amotinados permanecían encerrados desde primeras horas del martes.

El breve simulacro de ataque fue la única nota violenta de una extraña jornada en la que hubo de todo, hasta melancólicas melodías de Paul Anka, el célebre cantante canadiense de los años sesenta, que los sitiadores hicieron, sonar para los sitiados con el objetivo declarado de conmover sus corazones.

Fidel Ramos se entrevistó durante una hora, de madrugada, con el coronel Óscar Canlas, líder de los rebeldes, pero sin resultado alguno.

Luego, el jefe de los capellanes castrenses celebró una misa de campaña en un precario altar que se montó ante el Canal 7, con unos grandes carteles en los que se leía: "Antes muerto que rojo" y "Si debo morir, moriré soldado". El capellán distribuyó la comunión y pidió a los rebeldes que evitaran un "derramamiento de sangre".

Canlas dedicó buena parte del día a recibir visitas de enviados del Gobierno, como la del general Eduardo Ermita, segundo de Ramos, y la del general en la reserva José Magno, que es asesor personal de Aquino.

Ninguno de estos intentos de arreglo pacífico dio resultado, como tampoco las negociaciones planteadas a través de otro canal paralelo, personificado en la mujer de Canlas.

A media tarde, los altavoces instalados en la zona por las tropas leales emitieron un mensaje, dirigido al líder de los rebeldes, que decía: "Convenza a sus hombres para que salgan. Estamos ansiosos de abrazarles. Queremos frotar nuestras mejillas contra las suyas y que puedan bailar. Ahí va un poco de música agradable". A continuación se oyó a Paul Anka interpretando la canción You are my destiny (Tú eres mi destino). Otros discos del mismo artista prolongaron el concierto, que tampoco dio el resultado apetecido por los sitiadores.

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