Riaño, por narices

No hay ninguna duda deque el agua, fundamental para el desarrollo de los pueblos, es un bien escaso e irregular. Creemos que en el tema del agua el Estado tiene que mojarse; y que no puede permitirse el lujo de perder ni un solo instante en realizar las costosas obras hidráulicas necesarias para su aprovechamiento. Es inevitable, como sucede en Riaño, que con la realización de estas infraestructuras, beneficiosas a nivel regional, resultan perjudicadas algunas personas, a consecuencia de expropiaciones, servidumbres y demás.

Deber del Estado es reducir al máximo posible los perjuicios indicados, no limitándose a pagar simplemente la expropiación de los terrenos anegados por el embalse, puesto que con ese dinero los expropiados diricilmente pueden realizar inversiones que les proporcionen una renta, y un nivel de vida semejante al de los beneficiados por esas obras.

El Estado, ineludiblemente, debe realizar en Riaño las inversiones precisas para paliar estas diferencias, aun a costa de una disminución, inapreciable, de la rentabilidad de las obras.

Flaco servicio están realizan lectuales, tramoyistas y demás detractores de la totalidad del proyecto, ya que ocultan con sus actuaciones el verdadero problema.- Ingenieros de Caminos.