_
_
_
_
_
Reportaje:ESCÁNDALO EN WASHINTONG

Las entregas de armas a Irán no han alterado el equilibrio militar en el Golfo

Las entregas de armas norteamericanas a Irán, el escándalo del Irangate, no han cambiado el equilibrio militar en la guerra del Golfo, según se desprende de los últimos acontecimientos bélicos Irak conserva una superioridad aérea de cinco a uno frente a Irán y sus aviones efectúan profundas y destructivas incursiones en el territorio enemigo. Irán replica con lanzamientos de misiles de fabricación soviética contra Bagdad y con bombardeos artilleros sobre Basora. Es la guerra de las ciudades, que causa cientos de víctimas civiles en ambos bandos.

La anunciada ofensiva final iraní se hace esperar. Desde que hace 10 meses, las tropas de la República islámica conquistaron la ciudad iraquí de Fao, los dirigentes de Teherán repiten que antes del final del calendario persa, el próximo día 21 de marzo asestarán el golpe definitivo. Por el momento, se limitan a concentrar el millón de combatientes que afirman necesitar para la ocasión. A comienzos de diciembre, 100.000 nuevos voluntarios partieron hacia el frente.

Irak no espera el envite del enemigo. Un reclutamiento acelerado en los últimos meses ha situado también sus efectivos en cerca del millón de hombres. Entre tanto, ha decidido emplear a fondo su principal baza, la superioridad de su aviación, compuesta de M soviéticos y Mirage y Super Etendar franceses Contra esos aparatos poco pueden los F-4 Phantom norteamericanos de los iraníes, uno de los cuales abatió la artillería iraquí el 14 de diciembre.

La guerra de las ciudades está conociendo un mortífero aumento en las últimas semanas de 1986. El domingo y lunes pasados la aviación iraquí bombardeó las ciudades de Bajtaran e Islamabad-Gharb, al noroeste de Teherán. Irna, la agencia oficial iraní, informó de la muerte de 200 personas, entre ellas mujeres y niños.

La capital iraquí ha sido alcanzada desde entonces seis veces por misiles tierra-tierra lanzados desde terreno enemigo. Los observadores militares indendientes en Bagdad creen que esos artefactos son de fabricación soviética, en concreto SS-1 Scud.

Particularmente audaces han sido las incursiones aéreas iraquíes de las últimas semanas. El martes de la pasada semana fue destruida una factoría de cemento próxima a Arak, a 240 kilómetros al suroeste de Teherán. Tres días antes, un ataque en la propia capital iraní alcanzó una central eléctrica. Los iraquíes se concentran en causar el mayor daño posible a la infraestructura industrial de sus oponentes.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

De día en día, los aparatos iraquíes se adentran más profundamente en Irán. El 8 de diciembre se alejaron 1.100 kilómetros de sus bases para bombardear la central eléctrica de Neka, cerca de la frontera soviético-iraní. El 25 de noviembre llegaron a los pozos petrolíferos de la isla de Larak, en el estrecho de Ormuz, a 1. 150 kilómetros de su punto de partida.

Teherán acusó a los países árabes del Golfo de haber suministrado apoyo logístico a su rival para esta última acción. El diario en inglés Teheran Times amenazó con represalias con misiles tierra-tierra. Al parecer, algunos de los aviones iraquíes que participaron en el ataque a la isla de Larak hicieron un aterrizaje de emergencia en Arabia Saudí, según el diario libanés Middle East Reporter.

Ataques a barcos

Buques kuwaitíes o con origen o destino en Kuwait son ahora los principales blancos de los barcos de guerra iraníes que patrullan por el Golfo. Teherán castiga así a ese país por su supuesta colaboración con las incursiones iraquíes de larga distancia. Unos 80 barcos han sido alcanzados este año en el Golfo por uno u otro contendiente, frente a 46 en 1985. También esta faceta del conflicto conoce una escalada.

La economía iraní se resiente de las acciones aéreas enemigas. La producción de petróleo ha descendido hasta un millón de barriles diarios, en vez de los 1,5 millones que necesita la República islámica para finalizar su esfuerzo bélico. Hace pocos días Irán solicitó a comerciantes de Dubai 3.500 generadores eléctricos de gasolina y Diésel. Los proveedores no tenían tantos en sus almacenes y tuvieron que pedirlos a Japón.

En el diario de Teherán Kayhan, el ministro de Energía iraní anunció recientemente que su Gobierno iba a introducir cortes en el suministro eléctrico de cinco horas al día. El ministro admitió que la producción de energía eléctrica del país había descendido desde el verano en un tercio a causa de los ataques iraquíes.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_