Toni Romano vuelve a la carga
Juan Madrid, escritor madrileño nacido en Málaga hace 39 años, presentó el lunes Un regalo de la casa, tercera incursión de su personaje Toni Romano por la literatura urbana, editada por Júcar dentro de la colección Etiqueta Negra. El escenario elegido para la presentación es precisamente uno de los lugares favoritos de Toni Romano: el bar Melodías, un lugar situado detrás de la Gran Vía madrileña que desde hace dos semanas ha cambiado de nombre y de clientela. Como música de fondo, las melodías bailables de Rocky Boleros (Ricardo Cantalapiedra).Un regalo de la casa es el sexto libro que escribe Juan Madrid y el tercero dedicado a las aventuras de su personaje Toni Romano (los dos anteriores fueron Un beso de amigo y Las apariencias no engañan). En Un regalo..., Toni, ex policía y ex boxeador, está al servicio de una de esas agencias encargadas de obligar a pagar a los morosos. A través de las andanzas y búsquedas del protagonista irán apareciendo en la novela todas las aristas de la delincuencia madrileña: navajeros, proxenetas, camellos, heroinómanos y todos aquellos tipos que caracterizan la vida de una gran ciudad.
Juan Madrid, periodista especializado en sucesos, asegura que ni ésta ni ninguna de sus anteriores novelas es una mitología de los marginales. "Es un mundo que conozco muy bien y por eso sé que no se pueden hacer divisiones entre blancos y negros, porque todos son grises. Como la vida misma. Cuando a mí me atraca en la calle un navajero es un hijo de puta. Pero no es sólo eso. Tampoco es buena la policía por el hecho de serlo. Es todo mucho más humano y así son los personajes de mis historias".
Juan Madrid, que se confiesa habitual de locales como el Melodías desde su más tierna juventud, explica que su interés por el suceso se debe a que éste se produce en situaciones límites para el hombre, y añade que entre los que más le han impresionado últimamente está la historia ocurrida en un pueblo extremeño donde un hombre de poco más de 40 años mató a palos al novio de su hija.
"Vivimos", dice el escritor,en una sociedad repugnante y paranoica, y la prueba es que se den ese tipo de actuaciones. Otra de las cosas que más me ha impresionado es ver lo que ocurre en algunas residencias de ancianos, donde llevan a los viejos a dejarles morir. Es terrible. Eso evidencia que vivimos de una manera monstruosa y violenta, porque, además, a la mayoría de la gente le da igual que este tipo de cosas ocurran".
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