"No renuncio"
No voy a dejar de ser vasco porque cuatro irracionales sigan matando y otros cuatro sigan con sus pucheritos; tampoco voy a dejar de ser español porque una lista diga que las ikastolas son germen de terroristas, y otro listo diga que Euskalherria es menos importante (me importa un bledo la importancia, me importa la intención) que Carabanchel. No voy a dejar de ser occidental porque exista la OTAN; no voy a renunciar a mi cultura aunque sepa que se utiliza para oprimir a la de otros continentes, ni voy a dejar de ser hombre aunque seamos los tíos más bestias que haya visto la tierra.No quiero hacerlo, ni seguramente puedo, y por eso mismo tengo que agarrarme a la idea de que Euskalherria no es, en sí, asesina ni llorona; de que España es algo más que un aparato estatal y cuatro monos centralistas; de que no existe "el imperio del mal" -más allá de Berlín-; de que mi cultura no es, en sí, opresora, sino que busca, como todas las culturas, la libertad; tengo que agarrarme a la idea de que el hombre, con mucho esfuerzo, podría llegar a ser algún día tan civilizado como los animales (gracias, Roberto Carlos).
Me da bastante vergüenza decir todo esto, y más que porque parece una cursilada de Unicef o un we are the world, porque a pesar de todo me parecía que tenía que soltarlo.-