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La 'pista kurda' centra la investigación de la muerte de Palme

Una pelea registrada el pasado sábado en un local público de la ciudad vieja de Estocolmo ha conducido a la detención de dos kurdos y ha actualizado la llamada pista kurda en la investigación del asesinato del ex primer ministro sueco Olof Palme, perpetrado el 28 de febrero de 1986. Durante el pasado fin de semana, la plana mayor responsable de la investigación del caso Palme se concentró en los interrogatorios de los dos detenidos.

La policía, en las horas siguientes al incidente registró un local público y domicilios particulares de personas de origen kurdo, y procedió a nuevas detenciones. La mayoría de los detenidos pertenecen al Partido de los Trabajadores Kurdos (PTK), una organización que lucha por la liberación de Kurdistán a la que se atribuye ideología marxista-leninista, y algunos de cuyos miembros están exiliados en Suecia.La muerte violenta de dos ex miembros de la organización que habían decidido separarse de ella llevó a la policía de seguridad de Suecia, en el año 1984, a tipificar al PTK como organización terrorista. En consecuencia, en diciembre de ese año, siendo Olof Palme primer ministro, el Gobierno decidió expulsar del país a ocho de sus miembros.

La certeza de que la entrega a Turquía de esos ocho kurdos significaría, con toda probabilidad, su muerte determinó que la medida fuera dejada sin efecto.

Los expulsados fueron autorizados a permanecer en Suecia, pero a condición de que no salieran de los límites de los municipios donde viven y de que se presentasen regularmente a la policía. Precisamente, dos de los detenidos el pasado fin de semana se encontraban sujetos a esas restricciones, y su presencia en Estocolmo puso en evidencia que no las habían cumplido.

Cuando se produjo el asesinato de Palme, se mencionó la posibilidad de que el PTK estuviera relacionado con el suceso. La organización desmintió cualquier vinculación con el crimen, y tuvo palabras de elogio para el primer ministro asesinado, además de advertir que alguien trataba de convertir a los kurdos en chivos expiatorios de un delito que no habían cometido.

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