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La dimisión de una diputada obliga al Gobierno de Irlanda a anticipar las elecciones

El taoiseach (primer ministro) de Irlanda, doctor Garret FitzGerald, se verá obligado a convocar elecciones generales anticipadas, posiblemente en febrero, como consecuencia de la dimisión de una diputada de su partido, Fine Gael (El Clan de Irlanda), que ha dejado a su Gobierno en minoría parlamentaria.

La dimisión de Alice Glenn, una veterana diputada de 59 años de edad, y que estaba cantada desde hacia varios meses a causa de su enfrentamiento con la política liberal defendida por el primer ministro FitzGerald, deja a la coalición actual gobernante del Fine Gael y el Partido Laborista con 82 votos, total en el que se incluye el del speaker (presidente) de la Dail (Cámara Baja), frente a los 83 de la oposición combinada.Glenn presentó su dimisión como miembro del partido y, por tanto, del grupo parlamentario gubernamental en una carta de tres folios dirigida al jefe del Gobierno poco antes de que se consumara su expulsión, que había sido previamente pedida por FitzGerald por su constante actitud antigubernamental.

La dimisión de Alice Glenn pone en evidencia, una vez más, el conflicto permanente en la República de Irlanda entre los que, como el doctor FitzGerald, defienden una liberalización de las costumbres y de las instituciones y los que, como la señora Glenn, consideran que abandonar la tradición es poner en peligro los propios fundamentos constitucionales sobre los que se basa el país desde su independencia y forzada partición en 1921.

La diputada ha defendido siempre el punto de vista de que todas las leyes de Irlanda deben atenerse a las enseñanzas de la Iglesia católica. Como consecuencia de esta opinión, mantenida a ultranza, Alice Glenn ha sido siempre una enemiga acérrima del aborto y del control de la natalidad, así como del divorcio.

Antidivorcista

Durante el referéndum sobre el divorcio el pasado año, defendido por FitzGerald y que terminó con una seria derrota del Gobierno, Alice Glenn realizó una agresiva campaña en contra de lo patrocinado por su propio partido y grupo parlamentario, aunque hay que añadir que no fue la única.La gota que colmó la paciencia de FitzGerald, un católico practicante pero que intenta atraerse con medidas sociales liberales a la población protestante del Norte, fue una reciente declaración de la señora Glenn en la que calificó a los miembros de las iglesias protestantes que apoyaron la campaña a favor del divorcio de "enemigos del Estado".

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Su filosofía está expresada en su carta de dimisión dirigida a Garret FitzGerald, en la que establece un paralelo entre patriotismo, catolicismo y gaelismo, y afirma contundentemente: "Soy irlandesa (gaélica) y estoy orgullosa de ello, y soy católica y doy gracias a Dios por ello".

Aunque ayer circulaban rumores en Dublín de que los partidos de la oposición, de los que el mayoritario, con 68 diputados, es el Fianna Fail (Los Soldados del Destino), de Charley Haughey, votarían en contra del aplazamiento de sesiones navideñas -lo que provocaría una convocatoria de elecciones para enero-, fuentes parlamentarias manifestaron que los demócratas progresistas de Des Omalley, que cuenta con cinco diputados, darían el respiro necesario a FitzGerald para entrar en el nuevo año sin disolver el Parlamento.

Todo parece indicar que la oposición aprovechará la presentación del próximo presupuesto irlandés a finales de enero para derribar al Gobierno y que FitzGerald convocará elecciones para el próximo mes de febrero y realizará una campaña principalmente basada en un presupuesto austero y en la continuidad del acuerdo angloirlandés, firmado con la primera ministra británica, Margaret Thatcher, el 15 de noviembre de 1985 y por el que, por primera vez, Londres permite un papel consultivo a Dublín en los asuntos del Ulster, ante el escándalo de los protestantes de la conflictiva provincia.

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