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Papandreu y González, contra la discriminación de los países del sur en la CE

JULIÁN MARTÍNEZ, ENVIADO ESPECIAL, Los jefes de Gobierno de Grecia y España expresaron ayer en Atenas su coincidencia en relación con el futuro de la Comunidad Europea (CE). Andreas Papandreu y Felipe González pidieron que se adopten medidas de "reequilibrio económico y social" entre los países ricos del norte de Europa y los menos favorecidos del sur.

Andreas Papandreu y Felipe González aprovecharon como caja de resonancia su reunión de Atenas para enviar a los socios de Bruselas un mensaje claro y común: el sur de Europa no se resigna a cambiar naranjas y aceite por chips y digitales, por lo que es necesaria la reforma estructural que facilite su desarrollo y evite una "dualidad económica" en el mismo espacio europeo.Por otro lado, Andreas Papandreu anunció una próxima visita a Grecia de los Reyes de España, en devolución de la que hiciera a Madrid en octubre de 1984 el entonces presidente de la República griega, Constantino Karamanlis. Al confirmar, en conferencia de prensa, el viaje de los reyes Juan Carlos y Sofía, Papandreu no precisó la fecha y matizó que, en cualquier caso, "estas cosas se arreglan por la vía diplomática" y que "la última palabra" pertenece al anfitrión, el jefe del Estado griego.

La coincidencia sobre los temas comunitarios -muy próxima, por no decir idéntica, según fuentes españolas- y especialmente en lo que se refiere a las necesarias reformas estructurales que permitan al sur europeo convertirse en un gueto industrial en relación a los países ricos del norte, han constituido el grueso de las conversaciones de Felipe González y Papandreu.

La convergencia de posiciones sobre la CE, el Mediterráneo y el Próximo Oriente, algunos de los temas tratados, no oculta en cualquier caso la diferencia de posiciones entre los dos jefes de Gobierno socialista. Entre los observadores diplomáticos y periodísticos griegos se destaca el contraste entre el radicalismo dialéctico de Papandreu y el pragmatismo moderado de González, más cercano en temas internacionales, de defensa y de política económica a las posiciones europeas y occidentales que Papandreu. "Lección de realismo político del joven presidente español", titulaba ayer el periódico Kathimerini, afin al centro derecha.

Estas diferencias se pusieron también de manifiesto en los discursos que Papandreu y González hicieron durante la cena ofrecida por el primer ministro griego. Lo que estaba previsto que fuera un brindis se convirtió en un largo y exhaustivo repaso de la política exterior griega por parte de Karamanlis, al que tuvo que contestar extensamente, improvisando, Felipe González. Papandreu recordó la posición griega sobre Turquía, Chipre, el desarme, la desnuclearización, el fracaso de la cumbre de Reikiavik y la criticada decisión norteamericana de acabar con Salt II.

González expresó el apoyo español a las resoluciones de las Naciones Unidas y al derecho internacional, en referencia a Turquía, Chipre y el pueblo palestino, y en temas de defensa se desmarcó claramente hacia posiciones más europeas, diciendo que cualquier logro por mínimo que sea de los países de la CE por contribuir a la distensión será suficiente para recoger el hilo negociador perdido en Reikiavik.

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