El dinero sustituye a los argumentos positivos
La ausencia de argumentos ha continuado marcando la actividad de los mercados de valores que, sin embargo, detrás de esa apatía superficial empieza a dejar entrever la acción lenta pero constante de un dinero empeñado en tomar posiciones de cara al ejercicio próximo, y que prefiere hacerlo ahora en lugar de esperar a que las cosas estén más claras o los valores más caros. Esta presión de fondo del dinero le deja gran parte de la iniciativa al papel, sobre todo cuando faltan elementos positivos en los que apoyar cualquier acción compradora. El nivel de la tasa de inflación, la tendencia de los precios al consumo, y la altura de las cotizaciones plantean un difícil equilibrio para el que los mercados parecen tener una respuesta clara, o al menos la han encontrado en la ausencia de oferta en términos preocupantes. La última subida, con 20 puntos, no ha planteado realizaciones de beneficios importantes, lo que indica una entrada de las instituciones a medio plazo y garantiza, según los rumores más extendidos, cierta estabilidad.No obstante, estos tres elementos -inflación, precios y cotizaciones- son suficientes para mantener al índice general oscilando en torno a la cota del 190%, máxime cuando se espera que algunos fondos salgan de la renta variable para acudir a las ampliaciones de capital o a las suscripciones de renta fija en busca de desgravación. Esto significa que, a pesar de que las perspectivas empiezan a ser discretamente positivas, los movimientos de vaivén van a mantenerse a lo largo de este último mes.
La sesión se inició con un aire de continuidad que causó los primeros recortes entre los valores eléctricos, sector que viene sirviendo últimamente para descargar las tensiones del mercado.
Estos valores parecen haberse adaptado a unos precios de referencia que hasta ahora les están sirviendo solamente de colchón y que, una vez alcanzados, les permiten una recuperación tranquila hasta acumular unas plusvalías interesantes.
Los valores bancarios prosiguen con su estabilidad, pese a la presencia de más papel que dinero en tomo a los siete grandes.
El saldo global de este grupo fue similar al del día anterior, si bien la actividad ha ascendido, lo que permite los avances de Bilbao y Popular y mantiene al resto en una situación más o menos cómoda. El volumen negociado se situó en 377.000 títulos y las cantidades de papel recogidas se aproximaron casi siempre al cien por cien.
Las pérdidas más cuantiosas se han acumulado en el grupo de constructoras, cementeras e inmobiliarias, el único que cede más de cinco puntos, manteniendo el resto de los sectores industriales un discreto equilibrio, lo que viene a demostar que las bajas están tocando a su fin, como demostró la discreta presión que ejerció el dinero ya fuera de hora debido sobre todo a la ausencia de oferta. Esta búsqueda de títulos animó al dinero que se dirigió a casi todos los sectores en un claro intento de colocarse a la espera de una recuperación.
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