Los gastos del Estado provocan mayor necesidad de endeudamiento
El crecimiento, de las magnitudes monetarias en el mes de noviembre se sitúa algo por encima del 8%, por lo que se mantiene la desaceleración de los últimos meses y representa que la unión entre el año que termina y las previsiones iniciales para el próximo no presentará especiales problemas respecto al control monetario. No obstante, la tendencia de los últimos meses de aceleración de las necesidades de endeudamiento del sector público y el temor de que se pueden estar embalsando pagos para realizarlos a principios de 1987 ponen alguna nube sobre el horizonte monetario.
Los activos líquidos en manos del público muestran en las últimas semanas una cierta moderación en su crecimiento, en torno al 8%, por debajo de la zona central de la banda de fluctuación establecida por el Gobierno para el conjunto del año 1986. El crecimiento del mes de noviembre, e incluso el registrado durante el pasado mes de octubre, está muy cerca del objetivo medio que se ha establecido para el próximo año 1987.Con estas tasas de aumento de los activos líquidos, el crédito al sector privado, aunque parece continuar desacelerándose según las últimas cifras, mantiene tasas positivas de incremento. Tasas que son mayores si se considera la financiación destinada a las empresas. En esta financiación hay que incluir las emisiones de pagarés. Mientras tanto, el sector público demanda cantidades crecientes de dinero para poder hacer frente a sus gastos.
El ajuste entre una tasa de aumento de los activos líquidos del 11% para el conjunto de 1986 y del 8% para el próximo año 1987 puede hacerse, pues, sin especiales problemas si se tiene en cuenta que los incrementos de los últimos meses son, en definitiva, muy similares a los que deberían tener lugar durante el año próximo.
Pagarés en circulación
Con estos objetivos globales, el crecimiento del crédito al sector privado el año próximo se situará en el 6% o poco mas, a lo que habrá que añadir un punto y medio más, como resultado de contabilizar la financiación extrabancaria que obtendrán las empresas mediante emisiones de pagarés, que aumentarán de forma sustancial en el año 1987.
En la actualidad unos 350.000 millones de pesetas de pagarés de empresa se encuentran en circulación. De ellos, el 80% pertenece a una sola compañía, Renfe. El resto se reparte entre otras grandes empresas, entre las que hay que destacar la Compañía Telefónica Nacional de España y la Empresa Nacional de Electricidad (ENDESA). De esta forma, el crédito destinado al sector privado de la economía aumentará en tasas positivas durante 1987.
Objetivos de controlEl crecimiento de los activos líquidos por encima del 8% en noviembre, aún manteniéndose dentro de los objetivos de control establecido, se debe, sobre todo, a un cierto desbordamiento de las necesidades de endeudamiento llevada a cabo por el sector público para hacer frente a sus gastos, y hay que situarla dentro de la política decidida de no modificar el estado actual de recurso al Banco de España.
Los indicadores muestran que el gasto del sector público ha seguido aumentando a tasas por encima de las inicialmente previstas y que, a pesar de los mayores ingresos obtenidos por el IVA y los impuestos derivados de los carburantes, el déficit no se ha reducido en la medida en que se había previsto en un principio.
Además de ello existe el temor -creíble porque se suele repetir todos los años- de que el Estado esté retrasando pagos de alguna cuantía hasta que finalice el año 1986, lo que podría representar, en definitiva un peligro adicional para el control monetario a lo largo de los primeros meses del próximo año.
Si se confirmara este embalsamiento de determinados pagos -lo que significa, según han afirmado algunos expertos, "que se controlan las cifras del gasto público, pero no se controla el gasto público en sí"-, las necesidades de endeudamiento del sector público aumentarían de forma drástica durante los primeros meses del año, al-igual que ocurrió tras el pasado verno.
Y ello no haría sino acentuar la distorsión ya existente entre los tipos de interés a corto y a medio y largo plazo. En la actualidad, el dinero a corto plazo tiene un precio más elevado que el que se aplica al concedido a plazos más prolongados. Mientras que los bonos del Tesoro tienen un cupón del 8,25% y una rentabilidad que para alg unos bancos puede elevarse hasta el 10% en función de las comisiones de colocación, los tipos de los pagarés están muy cerca del 8% y con problemas para que bajen más. Los bonos son a tres o cinco años, mientras que los pagarés vencen a los 18 meses.
Lo normal es que el dinero a corto plazo cueste menos que a medio o largo. Y sólo en momentos de cambio de tendencia como el actual, cuando los precios deben sufrir una fuerte reduccíón a partir de enero, se entiende que los inversores apuesten por lograr una rentabilidad fija a largo plazo que puede ser inferior a la obtenida día a día o a 18 meses.
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