El sentimiento cítrico de la vida
Es difícil describir el pasmo que se apoderó del abigarrado público de videntes cuando Martirio apareció en el escenario de la sala Universal a la manera de una dolorosa punky y no a los sones del pasodoble.La peineta es un precioso despojo,de disco elepé absolutamente moldeado; de una oreja pende un casette enano, en la otra cuelga una foiclórica; gafas negras encubridoras acaso de oscuras vivencias; clavelazos, mantilla, guantes negros infinitos, abanico, pechos que musitan guerra. Lo que tenía que suceder ha sucedido: a la tonadilla le están doliendo los centros de tanto querer al rock, se han amancebado y han concebido una hija, Martirio. Martirio es un veneno contra el dogmatismo y el muermo.
Martirio
Sala Universal. Madrid. 28 y 29 de noviembre.
El sonido comenzó canallesco, hasta el punto de que Martirio hubo de interrumpir su primera canción. Pero sabe mandar en el escenario. Levantó los brazos y el abanico a los cielos y sólo con una frase volvió la magia: "Perdoná si os he ofendío, colegas". Desde este instante, risa y asombro.
Unas cuantas señoritas llevaban peinetas escondidas en el bolso y cuando vieron que aquello iba en serio no dudaron un instante en clavárselas en el pelo y en el corazón. Muchos lanzaban olés apasionados a la vocalista mientras ella pasaba deljipío al desenfreno, del desenfreno a la saeta, de la saeta a Kiko Veneno, de Kiko Veneno al cuplé y del cuplé al esperpento con naturalidad. Martirio tiene mucho de Marifé de Triana y mucho de David Bowie. Y este maridaje corrobora la teoría de que no existen amores imposibles.
¿Quién es Martirio? Ella se define con una copla de Quintero, León y Quiroga: "Yo era tantas cosas que ya se han perdío...". Pero de todas esas cosas Martirio ha confeccionado una obra bella, tierna, patética, fuerte, corrosiva e impregnada de un humor total. Martirio va a poner de moda el sentimiento cítrico de la vida y las peinetas. Quien desee recuperar la capacidad de asombro tiene que probar el veneno de Martirio.