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La memoria de nuestros amigos

El mundo está profundamente perplejo. Con la notable excepción de Belice, el mundo no puede entender cómo el Reino Unido puede negarse a discutir la soberanía de unos pocos habitantes de unas islas a 8.000 millas de nuestras costas.Para cualquier cálculo político objetivo, las Malvinas no tienen ningún valor. Ningún Gobierno británico hubiera deseado hacer de su defensa un aspecto tan notorio de su política exterior. Esto hace que parezcamos ligeramente desequilibrados. Nuestros amigos no se molestan ya en tratar de comprender. Pero Thatcher no cree que el electorado acepte negociaciones sobre este particular. No ve la oportunidad de tales conversaciones.

26 de noviembre

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