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Tribuna:LOS MADRILES
Tribuna
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Ruiz-Mateos

Lo último que podíamos esperar de las metamorfosis kafkianas es que Ruiz-Mateos se convirtiera en una folclórica. Pues ahí le tienen. La desprivatización/reprivatización de Rumasa se ha hecho tan mal que Ruiz-Mateos, ni dentro ni fuera de la libertad, es hoy, ya, una figura feliz del folclore madrileño. Se le ve con María Albaicín y Rocío Jurado. Se le ve en la Universidad, facultad de Derecho recibiendo los aplausos complutenses/adolescentes y firmando autógrafos, como un cantautor de bordillo. De la ergástula o el exilio, Ruiz-Mateos ha pasado a ser lo que nunca fue en sus buenos tiempos, cuando levantaba las Torres de Jeriñac (voquible de Pemán): una estrella de la jet. Un vip. Si algo le dolía a Ruiz-mateos era la indiferencia de los grandes. Ahora que ha conocido los silencios ominosos de Carabanchel y los silencios ominosos del Opus, Ruiz-Mateos opta por el ruido y la furia de esa historia sin sentido contada por un loco que es la vida social. Al fin, la vida le ha enseñado algo. Le vamos a arruinar, pero le vamos a hacer un hombre. Hasta se ha hablado de infidelidades matrimoniales, que yo desmiento. Ruiz-Mateos llama a su ministro "el pobre Solchaga". Ruiz-Mateos está recrecido. De ser el caso Dreyfus de la democracia española, ha pasado a ser el testigo implacable, y con collar de flores, que denuncia incluso al presidente del Gobierno. Ruiz-Mateos es un inepto, pero la inepcia administrativa ha hecho de él un héroe popular, un generoso, una folclórica. Ahora es cuando empieza la verdadera vida de Ruiz-Mateos. Hay que fracasar un poco en algo, don José María, para darse abiertamente a Todo y al todo. La reprivatización de Rumasa supone un billón de pesetas de pérdida. Madrid no puede nacionalizar sin haber establecido antes un socialismo efectivo, porque luego pasa lo que pasa.Lo de Ruiz-Mateos, aun hecho con toda justicia, fue ungesto espectacular de un ministro del espectáculo, el entonces Miguel Boyer. El menos socialista del Gobierno tenía que dar la nota más socialista. A costa del rico más insolvente de España, que era lo fácil. Pero, como no había detrás una estructura socialista completa y compleja, resulta que el opus jerezano/dei anda por la calle alternando con las folclóricas. ¿Y para eso tanta auditoría? En estos días, Ruiz-Mateos contraataca y apunta hacia lo alto. El andaluz aburrido, ya digo, está como recrecido y tiene ya en torno un aura de folclóricas, que las folclóricas siempre son un poco de derechas. Llevado por la cresta de la ola, a Ruiz Mateos sólo le falta crear un partido político, el partido de los insolventes, que somos millones de españoles, y presentarse a las generales. En este momento las ganaría, me parece a mí. La justicia, cuando no se aplica en serio, se vuelve contra los justicieros. Ruiz-Mateos nunca dice nada nuevo y es aburrido. Pero se ha puesto de largo, un poco tarde, en la vida social madrileña, y cada noche se baila un baile de las debutantes. Qué tío. Ruiz-Mateos tiene el cariño de las folclóricas y las folclóricas tienen el cariño del pueblo. Por ahí le viene al tronco la popularidad. Es el inconveniente de hacer las cosas a medias, a ver si el,Gobierno aprende. Vuelvo al ejemplo francés. Ruiz-Mateos es el Dreyfus español, sólo que a la viceversa. Y el pueblo, francés o español, siempre está con la víctima. Junto a la Pantoja y la Jurado, junto a la Albaicín y tantas otras, Ruiz-Mateos es hoy la prímera folclórica de Madrid (vean la Prensa del corazón/vagina). -Una folclórica de chaqueta cruzada "moraíta de martirio".

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