Los obispos católicos de EE UU piden un encuentro con el Papa
James Malone, obispo de Ohio y presidente saliente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos, anunció ayer que, ante los problemas entre la Iglesia católica norteamericana y Roma, ha pedido un encuentro especial de miembros de la Conferencia con el papa Juan Pablo Il.
El obispo Malone aseguró que la reacción del Vaticano ha sido "positiva", y expresó su preocupación por el "creciente y peligroso distanciamiento" entre el Vaticano y sectores de la Iglesia católica de Estados Unidos.
En su discurso de apertura de la reunión anual de la Conferencia Episcopal, Malone dijo que el encuentro especial de obispos norteamericanos con Juan Pablo II, en Roma, se producirá antes de la visita del Papa a Estados Unidos en 1987.
Malone, cuyo sucesor será elegido en la reunión de la Conferencia, mencionó el papel de la mujer en la Iglesia y la cuestión de la disensión teológica, como dos áreas de tensión en las relaciones entre el Vaticano y los católicos norteamericanos.
Aunque la Conferencia no empezó formalmente hasta ayer, un grupo de obispos se reunió durante el fin de semana para tratar de adoptar una posición sobre las medidas disciplinarias impuestas por el Vaticano al popular y liberal arzobispo de Seattle, Raymond Hunthausen. La dureza del Vaticano en este caso ha desplazado, según algunos observadores, la votación sobre la carta pastoral sobre economía como foco de atención de la sesión.
La mencionada pastoral, cuya redacción empezó hace dos años, critica el capitalismo al estilo norteamericano "por ignorar las necesidades de los pobres".
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