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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Celo de Hacienda

Soy una acreedora de la Hacienda pública en virtud de una resolución del Tribunal Económico Administrativo Provincial de Madrid. Pero no se envidie esta excepcional relación con Hacienda. Si ésta es temida por los contribuyentes en razón de lo que recauda, doy fe de que ha de serlo asimismo por lo que deja de pagar cuando se ve obligada a ello.Cuando recibí la resolución del tribunal, la lógica me hizo pensar que en poco tiempo vería cumplido lo que en ella se dictaba. Llegué a esta conclusión razonando que si Hacienda se muestra exigente en el cumplimiento que espera de los ciudadanos, aprovecharía las escasas ocasiones en que la relación se invierte para dar ejemplo con su comportamiento. Pero la lógica no es buena consejera a la hora de hacer profecías. Y ya en el pasado mes de julio, habiendo transcurrido año y medio desde que se dictó la resolución, escribí a su diario para denunciar el incumplimiento de la misma, así como las numerosas incidencias acontencidas hasta la fecha. Situaciones que me afectaban especialmente, pues me encontraba sin trabajo, y las cantidades que Hacienda se mostraba remisa a pagar me las había descontado ella misma, al parecer con excesiva diligencia, de mi escaso subsidio de paro.

Lo que no podía imaginar es que la publicación de mi carta me iba a originar un nuevo contratiempo. Mi expediente ha desaparecido de su normal cauce procedimental y se encuentra retenido por la persona responsable de la dependencia donde éste se tramita. Persona que, si bien no ha desaparecido igualmente, el hecho es que no apareció cuando solicité verla para recabar una mayor explicación.

Pues bien, este último acontecimiento es ya suficiente para provocar la renuncia a mi legítimo derecho. Que no se moleste Hacienda en ponerme más obstáculos, pues por fin ha conseguido lo que parecía su propósito. Reciba mi enhorabuena, con el deseo de que el dinero que tan irregularmente queda en las arcas del Tesoro se destine, al menos, para ofrecer un mejor servicio público del que yo he recibido.-

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