Los corazones de simio son aptos para el organismo humano, según Leonard Bailey
La experiencia realizada hace dos años con Baby Fae, la niña que recibió un corazón de mandril, demostró que este tipo de órganos es compatible con los humanos, según declaró ayer en Madrid Leonard Bailey, cirujano que realizó la operación en la clínica universitaria de Loma Linda (California). Bailey está deseando poder ver en un futuro no muy lejano a otras personas con órganos de animales que hagan una vida normal. "Pero hasta que no se haga la operación dos veces no conseguiremos el éxito", añadió. Baby Fae, que sobrevivió 21 días, no murió por un rechazo cardiaco, sino por problemas de coagulación sanguínea.
La niña nació con una grave malformación cardiaca que convertía en nulas sus posibilidades de supervivencia. Leonard Bailey, al realizar el primer trasplante de corazón de un mono a un recién nacido, se convirtió en aquel momento en el cirujano más criticado en Estados Unidos. Pero, a pesar de ello, afirma, "mi deseo y mi objetivo es continuar con la investigación hasta el final. Toda la polémica y las críticas han hecho que la gente se dé cuenta de que el trasplante en recién nacidos es una opción que existe, y han aumentado las donaciones de órganos de niños fallecidos".
Bailey sólo ha podido recibir un corazón nuevo un tercio de los bebés incluidos en el programa de trasplantes de la clínica de Loma Linda. De los cinco niños operados, cuatro sobreviven y uno falleció. El proyecto se realiza íntegramente con subvención privada y cada intervención cuesta entre 60.000 y 100.000 dólares (entre 8.220.000 y 13.700.000 pesetas).
Barrera sanguínea
Leonard Bailey, de 44 años, no dudaría en operar personalmente, si lo necesitase, a alguno de sus dos hijos, ambos adoptivos, "si encontrásemos el animal adecuado para que no vuelva a ocurrir lo de Baby Fae", precisa.El problema que se planteó con la niña fue que no se encontró ningún donante compatible con su grupo sanguíneo. "No se sabía qué podía ocurrir si se violaban las reglas de la barrera sanguínea, porque las sangres de distinto grupo se rechazan. Entre los mandriles de que disponíamos tratamos de coger el más idóneo, siguiendo una selección parecida a la que se hace con los humanos. La muerte de Baby Fae fue causada por la coagulación de las células sanguíneas que destruyó el riñón. Esto nos enseñó que no es posible romper las barreras sanguíneas".
A pesar de la muerte de la niña, Bailey considera la operación como un éxito, y está en la étapa de la barrera burocrática para realizar un nuevo trasplante teniendo como donante a un mono. "No todo nos está permitido, y por eso en Estados Unidos tenemos tantos comités de control, para evitar que se realicen barbaridades. Mi línea de trabajo es muy ética", dice Leonard Bailey, "porque se trata de bebés que están muriéndose, y hay un gran desequilbrio entre la oferta y la demanda de órganos".
"El animal ideal como donante sería un chimpancé", sigue Bailey, "pero en Estados Unidos hay que importarlos, y cuestan por tanto, muy caros. Los chimpancés tienen además el problema de que se reproducen con muchas dificultades en cautividad, cosa que no ocurre con los mandriles, y hemos comprobado que si los seleccionamos cuidadosamente pueden ser tan buenos donantes como los chimpacés". La utilización de animales para este tipo de intervenciones levantó una fuerte polémica.
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