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La política de Reagan se juega su futuro en las elecciones al Senado

Francisco G. Basterra

Las últimos datos económicos positivos, sobre todo la inversión de la tendencia del déficit comercial, pueden ayudar al presidente Ronald Reagan a mantener el control del Senado en las elecciones legislativas de mañana. "Nos encaminamos hacia una etapa de mayor prosperidad" ha afirmado horas antes de la votación. El paso del Senado a manos de los demócratas, para lo cual sólo necesitan ganar cuatro escaños (el equilibrio actual es de 53 a 47 a favor de los republicanos), supondría en la práctica el fin del reaganismo. El presidente quedaría atado políticamente en los dos años que le quedan en la Casa Blanca.

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Su plan de defensa espacial contra los misiles soviéticos, la guerra de las galaxias, estaría en peligro, ya que un Congreso demócrata reduciría sensiblemente la financiación de la Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI). La capacidad de maniobra presidencial en política exterior quedaría muy limitada.En política interna, la revolución conservadora lanzada por Reagan cuando llegó hace seis años al poder no produciría todos sus frutos. El control de los principales comités del Congreso por los demócratas significaría, por ejemplo, la imposibilidad para el presidente de conseguir la ratificación de jueces muy conservadores para el Tribunal Supremo y las magistraturas federales, algo muy importante para que la ultraderecha consiga aplicar su ideología en temas morales, como el aborto o la plegaria en las escuelas. "No busqué la reelección en 1984 para ser un presidente de seis años, con las manos atadas por el Senado al final de mi mandato", explica Reagan, que ha dedicado los últimos 10 días a hacer campaña como si se jugara su cargo.

La política exterior ha ocupado un papel escaso en las elecciones, a pesar de los intentos de la Casa Blanca de convertir el éxito de la cumbre de Reikiavik y la defensa ante Gorbachov de la guerra de las galaxias en una baza electoral. La Iniciativa de Defensa Estratégica (SDI) -de la que Reagan ha dicho en los últimos días de la campaña que supondrá una "nueva era tecnológica", como lo fue la carrera espacial, con la creación de más empleo y prosperidad para EE UU es una cuestión ignota para los ciudadanos, que sólo aparece como el cuarto problema en orden de importancia (tras la economía, el control del déficit federal y las drogas) para decidir el voto

La importancia de los resultados de mañana explica que los republicanos hayan utilizado, su mejor arma: Ronald Reagan, tratando de conveirtir los comicios en un referéndum sobre la figura del presidente. Pero estas elecciones se decidirán finalmente por cuestiones como la economía y los asuntos locales, así como la personalidad de los candidatos.

Mañana no sólo se eligen 34 senadores, un tercio de la Cámara, sino que también se designará la totalidad de la Cámara de Representantes, 435 escaños, en la que los demócratas tienen una mayoría de 253 frente a 182. Asimismo, los norteamericanos elegirán a 36 gobernadores y renovarán las legislaturas de 46 Estados, además de votarse para alcaldes, sheriffs y fiscales en todo el país. Los electores también podrán pronunciarse por si se legaliza el cultivo de marihuana en Oregón, o si se cierra la única central nuclear de ese Estado, o si se impone el inglés como idioma oficial en California.

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Ignorancia y apatía

A pesar de la importancia para el futuro del reaganismo, la campaña, según los analistas políticos, "ha estado dominada por la ignorancia y la apatía". Estados Unidos vive una etapa de adormecimiento político estimulado por una sensación de optimismo y prosperidad general, explicada por cuatro años ininterrumpidos de expansión económica. La abstención va a ser muy alta. Ataques personales de muy bajo estilo han hecho de esta campaña una de las más sucias de la historia electoral estadounidense.El dinero (los republicanos han gastado mucho más que los demócratas) y la capacidad de movilizar al electorado (en los últimos 10 días el Partido Republicano ha realizado un gran esfuerzo tecnológico para llamar telefónicamente a 10 millones de votantes) pueden inclinar la balanza finalmente en el Senado a favor de Reagan. Los republicanos son más vulnerables, aunque sólo sea porque, de los 34 escaños en juego, 22 están en sus manos y sólo 12 tienen que ser defendidos por los demócratas. La elección se juega sólo en una decena de Estados, principalmente del Sur y del Medio Oeste agrícola. Lo que ocurra en las dos Dakotas, donde apenas vive el 0,57. de la población de EE UU, no puede decidir el resultado.

Los últimos datos de la balanza comercial han permitido afirmar a Reagan, a sólo cuatro días del voto, que el desequilibrio comercial que sufre el país (unos 187.000 millones de dólares -24 billones de pesetas- este año) , está tocando fondo" y que la reducción de un 30% en el valor del dólar comienza a producir sus efectos. En los dos últimos meses, las cifras del déficit se han reducido, aunque todavía en septiembre ascendió a 12.600 millones de dólares. Los principales indicadores económicos ofrecieron una cifra positiva el pasado viernes, la inflación está muy controlada, se construyen más casas y Japón, finalmente, ha anunciado que reduce sus tipos de interés, lo que es una gran noticia para la economía de EE UU. "No vemos el final de lo que va a ser la mayor expansión económica desde el final de la Segunda Guerra Mundial", afirma la Casa Blanca.

A los demócratas, que todavía no se han recuperado del desastre de las elecciones de 1984, les ha resultado muy dificil contrarrestar la campaña republicana. En defensa y en política exterior tienen miedo a aparecer como blandos ante el comunismo y han acercado sus posiciones a las de los republicanos, lo mismo que en temas morales y de familia, en los que defienden también los valores tradicionales.

Los demócratas han utilizado la baza de la economía, insistiendo durante la campaña en que la prosperidad que pinta Reagan muy desigual.

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