Santafereño, no 'cachaco'
El inacabable talento de Álvaro Mutis para distraer a quien sea no es tan sorprendente: Mutis no es un cachaco, pese a haber nacido en Bogotá hace 63 años, pero tiene mucho de santafereño. Es decir que no muestra un átomo de la suficiencia capitalina que los costeños colombianos resumen en el mote cachaco, pero tiene en cambio mucho del tiempo y refinamiento del antiguo salón bogotano, a punto de extinguirse para siempre.Aunque en realidad le sobra humor para ser un verdadero santafereño, y eso que tiene títulos como pocos: es sobrino-tataranieto de José Celestino, uno de los sabios de la Expedición Botánica, y pertenece a una de esas familias ilustradas, republicanas y a la vez conservadoras que, en su caso, le permitieron educarse en Bruselas; como Borges, como Cortázar.
Hace 30 años que Mutis vive en México, y te brilla la mirada oscura cuando se le dice que su obra recuerda El corazón de las tinieblas, de Conrad, un viajero. Mutis viaja también mucho, por su trabajo. Anota las intuiciones de las horas muertas de los aviones, en la extrema lucidez del viaje, y luego amplía y pule, amplía y vuelve a pulir.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.