"Yo soy el negro de Bokassa", clama el ultraderechista francés que prepara su defensa
Roger Holeindre, diputado del Frente Nacional y presidente del Círculo Nacional de Combatientes, acaba de crear un comité de solidaridad con Jean Bedel Bokassa, y ha anunciado que dos prestigiosos abogados franceses defenderán al ex emperador de la actual República Ceritroafricana de los cargos que le imputan las autoridades de su pais: asesinatos, antropofagia y malversación de fondos, entre otros. "Yo soy el negro de Bokassa", brama este pintoresco personaje de la extrema derecha francesa.
Holeindre se presenta a sí mismo como administrador de los bienes de Bokassa y es coautor del libro publicado con la firma del ex dictador Mi verdad, que fue secuestrado y destruido por orden judicial a petición de Valéry Giscard d'Estaing.El pasado martes, Roger Holeindre convocó a los periodistas en un hotel de París para defender a su "amigo" y ex emperador y denunciar a la vez que "la huida clandestina de Jean Bedel Bokassa, montada por unos imbéciles, es realmente un acto criminal".
Con ello quiso desmentir la supuesta implicación del Frente Nacional. en la rocambolesca huida del ex dictador. Holeindre, durante la catilinaria pronunciada ante la Prensa, atacó a los "falsos amigos" de Bokassa y a Giscard d'Estaing, y lanzó puyas contra el actual Gobierno y los anteriores.
Según su versión, "Bokassa no habría sido arrastrado por el barro si no, hubiera sido excombatiente del Ejército francés, oficial retirado, antimarxista y negro".
Las insinuaciones proferidas por Holeindre, la refloración de algunos argumentos expuestos en el libro Mi verdad y la petición dirigida a Giscard de que "haga un gesto de honor" e interceda por el ex emperador permiten el juicio de Bangui, pensar que en el caso de que llegue a celebrarse, puede sufrir algo más que la responsabilidad de Bokassa en los desmanes de su reinado. "Las cuentas que tenía en Francia fueron vaciadas por Catherine [la ex emperatriz] con la complicidad de su amigo Giscard", declaró Jean Bedel hace dos años a la revista Jeune Afrique. Black, otra publicación de temas africanos, contaba en su número de septiembre el saqueo que sufrió después del derrocamiento el palacio de Barengo, residencia del emperador, cuyo valor ha sido cifrado en 35.000 millones de francos (700.000 millones de pesetas). En él participaron :supuestamente agentes de la seguridad francesa. "Es Valéry Giscard d'Estaing quien puede y debe revelar qué sucedió con el fantástico producto del asalto", dice la revista.
El destino de su tesoro
Los numerosos misterios que rodean la huida de Hardricourt (el palacio de Bokassa en las afueras de París) podrían hallar alguna explicación en el destino de su tesoro.Después del saqueo de Barengo, Bokassa conservó seguramente un buen mordisco todavía, pero la infidelidad,de sus parientes y amigos, y sobre todo de su esposa, la emperatriz Catherine, sometieron su fortuna a un desgaste de vértigo, según parece.
En su primer exilio en Costa de Marfil, Catherine Bokassa se dedicó a desmontar las joyas de la corona y llegó a instalar una tienda para deshacerse de ellas. Otros amigos le pidieron prestados algunos de sus bienes.
El propio Holeindre le alquiló un soberbio castillo, convertido hoy en centro de actividades del ultraderechista Círculo Nacional de Combatientes y futuro museo de las guerras de Argelia e Indochina. Su primogénito, Georges, de 37 años, está enemistado con el padre. Sus 17 mujeres, incluida la emperatriz, escogidas una a una en sus numerosos viajes por todo el mundo, le han abandonado.
De ahí las etapas de penuria económica del emperador, título que Holeindre todavía utiliza, y los cortes de agua y luz por falta de pago a, que se vio sometido.
Desde hace unos meses, el nuevo administrador y además mernorialista de este Napoleón de pacotilla se ha encargado, si se hace caso a sus palabras, de poner orden en los restos del naufragio. Pero un grupo de desaprensivos, unos amigos interesados, le hicieron regresar, nadie sabe con qué propósitos, a su país, donde pende sobre su cabeza una condena a muerte.
Folletín aparte, lo que está claro es que el juicio contra Bokassa puede poner patas arriba no sólo a Giscard, sino a otros personajes relacionados con la política africana y a la misma presencia militar francesa en la República Centroafricana. El ex emperador volvió a supaís el pasado 23 de octubre.
La instrucción del proceso contra Bokassa ha comenzado ya en Bangui, lo que: induce a pensar que las autoridades centroafricanas están decididas a juzgar rápidamente ali ex emperador. Una comisión investigadora se ha dirigido ya varias veces a la cárcel donde se encuentra Bolkassa para interrogarle. Al parecer, el ex emperador no ha ofrecido resistencias para responder a las preguntws que le han sido planteadas y, según se afirma, una vez que ha salido de un período de depresión, Boassa gasta incluso bromas a los investigadores.
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