Gimnasia pública
Ahora que la mayoría del país, desde sus más altas instancias hasta los más humildes ciudadanos de a pie, andamos como locos festejando la nominación de Barcelona como sede de los Juegos Olímpicos de 1992, no estaría mal, pensamos, recordar a los lectores de su diario la situación en que se encuentra la enseñanza de la educación física en la escuela pública.Por poner un ejemplo, que bien pudiera ser válido, el colegio público Miguel Hernández de Madrid, construido en 1980, carece de gimnasio, pues el espacio denominado como tal nunca ha reunido condiciones para serlo ni ha sido jamás dotado de material, por lo que en la actualidad se reparte como almacén y cuarto para lo que salga -reuniones, etcétera-; las zonas deportivas exteriores se componen de un campo de fútbol-sala con una sola portería -la otra está rota desde hace más de un año- y un campo de baloncesto, con sus dos tableros, pero sin aros. En ambos campos resulta prácticamente imposible distinguir las líneas que los delimitan. Es cierto que, caso de subsanar estas pequeñas deficiencias, no serviría de gran cosa, pues conviene recordar que los colegios públicos no están dotados de profesorado de educación física y la mayoría de los actuales maestros -entre ellos los de nuestro colegio- se declaran incompetentes para impartirla.
A estas insuficiencias estructurales hay que añadir algunas actitudes personales de desprecio a lo deportivo, como el hecho de que a los alumnos de segunda etapa se les haya negado en nuestro colegio una subvención de 25.000 pesetas para equipar un conjunto de fútbol-sala con el que representar a su colegio en ¡os Juegos Deportivos Municipales.
Ante tanto despilfarro presupuestario, alguien debería explicar a estos chicos cómo es posible que se les niegue a ellos lo más indispensable.
Mientras los niños sacan sus propias conclusiones, algunos padres seguiremos esperando de la Administración una política educativa coherente en materia de educación física.- Presidenta de la Asociación de Padres de Alumnos del Colegio Público Miguel Hernández.
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