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EL DEBATE SOBRE LA EUTANASIA EN HOLANDA / 1

La mayor parte de la sociedad holandesa es partidaria del derecho a morir líbremente con dignidad

El plazo que la coalición gubernamental -democristianos y liberales- del Parlamento de La Haya señaló para volver a discutir la legalización de la eutanasia en Holanda termina dentro de dos meses. El silencio político no encuentra equivalente en la vida cotidiana holandesa, en la que existe un fuerte debate social sobre este asunto. A favor de la legalización está el 80% de la población (según las encuestas ole opinión), la mayor parte de los médicos y juristas, una buena parte de los católicos y los partidos progresistas. En contra se muestran algunos sectores oficiales de la Iglesia católica, otros de las iglesias protestantes y determinadas asociaciones de pacientes

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Condiciones para no ser condenado

Mientras se resuelve en el terreno de la política este problema y se despenaliza por una ley la eutanasia voluntaria, "Ios jueces tienen en cuenta, con buen criterio", como expresaba un abogado de La Haya especialista en. estos procesos, "la práctica social de la eutanasia y no condenan a los médicos que la practican bajo unas determinadas condiciones.Fuentes médicas oficiales dan como segura la cifra mínima de 6.000 casos de eutanasia al año en enfermos terminales.Otras fuentes afirman que son por los menos 12.000 los casos anuales. Es difícil saberlo, puesto que la mayor parte de los médicos que la practican no lo comunica a los jueces, junto con el parte de defunción del paciente, a pesar de que tienen obligación de hacerlo.

La función de los médicos en el problema de la eutanasia es esencíal,y mucho más en Holanda, donde los jueces han hecho descansar sus decisiones en los conocimientos de los médicos. A pesar de que el Código Penal (de hace más de 100 años) prohíbe expresamente la eutanasia, los jueces, a la espera de una. nueva ley despenalizadora, no castigan a los médicos que la practican en determinadas condiciones, que han sido, previamente señaladas por una comisión de expertos médicos, sociólogos, psiquiatras y juristas.

"Los médicos tenemos ciertamente una gran responsabilidad en el tema de las eutanasia", explica M. G. van Berkestijn, médico de Utrecht y secretario de la Real Asociación Médica Holandesa, "pero no creo que se nos planteen problemas serios a la hora de decidir cuándo pueden administrarse determinados fármacos letales al paciente terminal que lo haya pedido de manera voluntaria".

A pesar de que los jueces no los condenan si practican métodos de eutanasia en determinadas condiciones, los médicos holandeses prefieren no declarar estos casos. Tampoco son muy amigos de debatir el tema en los medios de comunicación.

Hay algunos casos, sin embargo, que se han hecho públicos. "Siento que hayamos perdido un ser humano al que teníamos mucho respeto, pero estoy contento, por otra parte, por haber podido hacer algo por él". Con esta frase, el médico holandés P, V. Admiraal celebraba en junio de 1985 que el Tribunal Supremo., con sede en La Haya, le declarara inocente de un delito de asesinato por haber aplicado una dosis letal de insulina a un paciente incurable de 27 años que le había pedido la eutanasia voluntaria.

Médico condenado

No todos los médicos han tenido la suerte que el doctor Admiraal. A finales del año pasado, el doctor D., de 32 años, fue declarado culpable por los tribunales de haber aplicado métodos no permitidos de eutanasia que causaron la muerte al menos a seis ancianos de la residencia De Terp, de La Haya.

El debate social sobre la eutanasia comenzó en Holanda en 1973, cuando la doctora Postma, de la localidad frisia de Noordwolde, inyectó a su madre, que padecía un cáncer incurable y dolores prácticamente insoportables, una dosis letal de calmante. La doctora puso este hecho en conocimiento de las autoridades y fue juzgada por ello y condenada a una semana de prisión (que se transformó en libertad condicional) y de un año a prueba en sus funciones médicas.

Se encendió con este caso la polémica y se manifestaron inmediatamente posturas a favor y en contra de la pena impuesta -incluso hubo algunas perso nas que pedían mayor castigo- a esta doctora. Hubo un inicial movimiento de médicos que comenzaron a hacer públicos casos de eutanasia, pero el movimiento social más fuerte partió de un ama de casa, Klazien Sybrandy, habitante de un pueblo vecino al de la doctora Postma, quien creó una funda ción en la localidad de Vinkega para la defensa de la eutanasia.

Es esta fundación (Centrum Vrijwillige Euthanasie), a la que se han adherido más de 10.000 miembros en Holanda, la que mantiene todavía una de las posturas más radicales a favor de la eutanasia. Posteriormente, nació la Asociación Holandesa para la Eutanasia Voluntaria (Vereiniging Voor Vr¡jwillige Euthanasie), menos radical, que trabaja conjuntamente con el centro de Sybrandy y que tiene unos 27.000 miembros en toda Holanda.

Oposición

En contra de la eutanasia surgieron también movimientos dentro de asociaciones de pacientes, como el Nederlandse Patientenvereniging (Asociación Holandesa de Pacientes) o laásociación de la Iglesia evangélica Evangelische Omroep.

Los políticos, presionados sobre todo por los partidos progresistas (socialistas y D-66) se plantearon la necesidad de recoger el debate que se estaba produciendo en la sociedad holandesa. En octubre de 1982 se creó una comisión oficial gubernamental, integrada por 15 juristas, médicos, académicos y sociólogos, con el encargo de establecer una serie de recomendaciones concretas sobre la eutanasia.

La comisión pidió, entre otros, un informe técnico a lla pricipal asociación médica de Holanda, la Real Asociación Médica, la de mayor prestigio. Con este informe médico y, otros jurídicos y de tipo social y` estadístico, la comisión elevó al. Gobierno las conclusiones de su trabajo en forma de recomendaciones en agosto de 1985. Esta comisión recomendó que la eutanasia practicada de acuerdo con unas directivas especiales debía ser finalmente legalizada.

La ley no pudo salir adelante debido a la oposición de los democristianos y de los liberales (que gobiernan en coalición). En febrero de este año, el Gobierno paralizó esta ley y dio de plazo hasta enero de 1987 para volver a plantear el tema. La diputada socialista Ineke Haas Berger teme que la discusión de la ley vuelva a quedar estancada "porque los liberales querrán seguir en el Gobierno y, aunque están a favor de esta ley, no la votarán".

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