El ministeriso público solicita 44 años de prisión para el asesino de Consol Maqueda y otra abogada en un despacho de Barcelona

El ministerio fiscal solicitó la pena de 44 años de prisión para Victorio Gómez Arevalillo, acusado del asesinato de la abogada Consol Maqueda, esposa del diputado de Minoría Catalana Josep Maria Trias de Bes, y del homicidio de Carmen Mayordomo. El fiscal pidió la imposición de 26 años por el asesinato, con la agravante de premeditación, 12 años por el homicido de Carmen Mayordomo y 6 años por el homicidio frustrado de Nuria Fitó, compañera de las fallecidas. El acusado aseguró ayer en la vista oral, celebrada en la Sección Segunda de lo Penal de la Audiencia de Barcelona, no recordar nada sobre cómo se desarrollaron los hechos del doble crimen, ocurrido el 27 de julio de 1984 en la sede de la Agrupación Local Sindical de Trabajadores a Domicilio de la Confección de Barcelona, donde trabajaban las víctimas y el acusado.Gómez Arevalillo sólo maniflstó recordar la discusión que mantuvo con Consol Maqueda acerca de la firma de sus hojas de salario, motivo de disputas en los últimos años. Respecto al desenlace, Núria Fitó, herida de gravedad por Gómez Arevalillo, declaró en el juicio que tanto su compañera Carmen Mayordomo como ella desconocían qué estaba sucediendo el día de los hechos hasta que oyeron los gritos de socorro desde el despacho de Consol Maqueda, quien falleció a consecuencia de nueve heridas punzantes, varias de ellas practicadas en la espalda cuando intentaba huir.

Según su declaración, en el momento en el que se dirigían al teléfono para llamar a la policía, el acusado entró en el despacho donde se encontraban y las apuñaló. Víctor Gómez Arevalillo tiene, al parecer, una personalidad solitaria y violenta, según afirmaron varios testigos en la vista oral. Nuria Fitó manifestó que durante los 15 años que trabajó con el acusado observó como características suyas la agresividad y la violencia. En este sentido, la opinión de varios psiquiatras sobre la personalidad del procesado no fue unánime y aunque hubo coincidencia en que estaba, aquejado de trastornos emocionales, no se llegó a una definición psicológica clara.