Disgusto antiterrorista

En el número de EL PAÍS del día 18 de octubre y bajo el título Cesa un alto cargo de Justicia que quiso difundir críticas a la ley Antiterrorista le publican al señor De la Cuadra una nota. Mala cosa es la censura, y peor aún que a causa de la censura se vea obligado a dimitir del cargo el señor López Requena. Y peor aún por afirmarse que a don Luis Jiménez de Asúa no le hubiera gustado la ley Antiterrorista. Dicho así, sin más, sin otro argumento que ilustre la cuestión, parece indicarse que el señor Jiménez de Asúa fue, además de un eximio maestro de Derecho Penal, una persona caprichosa que según el humor con el que amaneciera podía gustarle o disgustarle tal o cual disposición que apareciera en el Boletín Oficial, Don Luis, cuya figura es desconocida hoy en su integridad por la mayoría de los españoles, sean o no socialistas, fundamentaba sus preferencias, y también, como no, sus disgustos hacia las cosas y hacia los hombres. A su diario le falta, en consecuencia, decir, por boca del autor del suelto, o de quien fuere, que a don Luis Jiménez de Asúa le habría disgustado en grado sumo la ley Antiterrorista por la sencilla razón de que el terrorismo es un delito común; no es otra cosa, decía "que la corrupción de la delincuencia política". Su pensamiento queda claro en los textos de la conferencia celebrada en Ginebra los días 1 al 16 de noviembre de 1937, a la que don Luis Jiménez de Asúa asistió en su doble calidad de gran maestro del Derecho Penal y como embajador de la República Española en Praga. Allí queda clara la posición del gran maestro fallecido en el exilio. Y en cuanto al libro publicado por la llamada universidad Complutense, en la que no llueve, y que dista mucho de Alcalá de Henares, que allí sí que llovía; en cuanto al libro que se ha publicado en homenaje a don Luis, esperamos que sea más lúcido y destacado que los actos que en su memoria tuvieron lugar hace ahora un año- Abogado.