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Los extraños amigos de las feministas de la Falange

Coinciden con las organizaciones Pro Vida en el rechazo de las nuevas tecnologías reproductivas

Milagros Pérez Oliva

La postura de las feministas de la Red Internacional de Resistencia a las Nuevas Tecnologías y a la Ingeniería Genética (Fuimage) es meridianamente clara: están en contra de todas las tecnologías que pretenden reproducir la vida fuera del útero materno. De todas las técnicas de procreación recientemente desarrolladas, sólo aceptan la inseminación artificial, y están radicalmente en contra de la fecundación in vitro, de la congelación de ovocitos y embriones, de la determinación del sexo y de todas las investigaciones de la biogenética que pudieran aplicarse con fines eugenésicos. Pero a lo largo de los tres años de profunda reflexión sobre estas cuestiones, las feministas de la Finrrage se han encontrado con unos extraños amigos -las organizaciones Pro Vida, por ejemplo- y también con extraños enemigos -las lesbianas y feministas más radicales, que consideran que la maternidad artificial puede constituir la liberación definitiva de la mujer-. De todo ello se habló en la I Conferencia Europea sobre Nuevas Técnicas de Reproducción, celebrada la semana pasada en Mallorca.

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'Enemigas' en las propias filas

Fue la norteamericana Linda Bullard quien introdujo el tema, en una ponencia titulada precisamente Extraños amigos, extraños enemigos, y el debate se prolongó a lo largo de toda la conferencia, que cada día terminaba con una discusión sobre estrategias. Con la conferencia de Mallorca, la Finrrage había llegado a un punto de madurez en que la cuestión de las alianzas se planteaba, por primera vez, con todasu trascendencia politica. La organización constituida en 1984 en Groningen, Holanda, cuenta ya con 700 mujeres inscritas, delegación estable en 12 países, un alto nivel de elaboración, tanto sobre cuestiones técnicas como teóricas, y un crédito cada vez mayor en las instituciones internacionales.

Coincidencias tácticas

Las asistentes a la conferencia de Mallorca -114 mujeres en representación de 16 países- reflejaban fielmente la actual composición de la Finrrage, Con pre dominio claro de las profesionales con titulación superior: las biólogas y sociólogas entre las extranjeras, las médicas y psicólogas entre las españolas. El acuerdo en las posiciones de fondo y en los análisis referidos a las nuevas tecnologías reproductivas fue muy fácil, excepto en la propuesta de rechazo del consejo genético y el diagnóstico precoz en el que no hubo un acuerdo de fondo. Las cuestiones estratégicas, sin embargo, provocaron un intenso debate que no pudo darse por concluido.Las feministas se han encontrado a lo largo de estos años con amigos muy incómodos que parten de posiciones radicalmente antagónicas pero defienden los mismos postulados. Los extraños amigos a los que se refería Linda Bullard son, en primer lugar, las organizaciones Pro Vida, que también están en contra de las nuevas tecnologías de reproducción. Las feministas tienen claro que la coincidencia táctica con estos sectores es muy peligrosa, porque ellos persiguen fines radicalmenie distintos y cuentan con grandes apoyos económicós y religiosos, muchos más que ellas, de modo que pueden acabar capitalizando su lucha para utilizarla precisamente en contra de las mujeres.

"La diferencia esencial estriba en que ellos tienen por objetivo la protección del embrión y nosotras la protección de la mujer. Ellos condenan la fecundacion in vitro y el aborto al mismo tiempo, mientras nosotras consideramos que la libertad para abortar es un derecho fundamental de la mujer", precisó Gundula Kaiser, de la República Federal de Alemania. Igualmente claro tienen sin embargo que la coincidencia con los Pro Vida no debe hacerles renunciar a ni uno sólo de sus planteamientos de rechazo hacia las nuevas tecnologías.

Otros extraños amigos surgidos recientemente son los científicos críticos hacia las nuevas técnicas de fencundación in vitro. Amigos porque coinciden al menos con una parte de los planteamientos de la Finrrage, pero extraños, porque sus intereses objetivos están del lado de la clase médica y científica más que de las feministas. Ellas tienen claro también que, en palabra de Cristine Crowie, de Sidney (Australia), "la ideología ha hecho que las mujeres crean que necesitan a los médicos para resolver sus problemas de esterilidad, cuando son los médicos y científicos quienes necesitan el cuerpo de la mujer para poder experimentar el útero artificial y avanzar en la ingeniería genética".

El más nombrado de estos científicos ahora amigos fue el francés Jacques Testart, padre del primet bebé probeta de Francia, una de las eminencias de la fecundación in vitro. Testart ha anunciado que abandona la investigación sobre deteriñinación del sexo en embriones congelados por razones éticas, pues coincide con las feministas en denunciar el potencial eugenésico de las nuevas tecnologías.

Se trata, en el caso de los científicos críticos, de unos extraños amigos a los que las feministas dan la bienvenida porque socialmente se les considera una autoridad, y que la autoridad les dé la razón contribuye a aumentar la credibilidad de sus posiciones, aunque saben que el camino que andarán juntos es seguramente corto.

Las demasiado vehementes

La socióloga francesa Françoise Laborie, del Centro de Investigaciones Científicas de París, elogió a Testart por su valentía al desafiar desde una posición tan eminente las reglas de la competitividad científica, pero se mostró escéptica sobre la capacidad de arrastre de esta postura testimonial. "Testart viene de la izquierda, es un antiguo trotskysta muy crítico sobre la noción predominante de progreso, pero en esta cuestión pesan más los intereses que las ideologías. No hay que olvidar que René Friedman, el médico que trabajó con Testart en los bebés probeta, también había sido maoista y que Elisabeth Vanique, la otra autoridad francesa de la fecundación, in vitro, es una antigua feminista, y desde luego, ninguno de los dos secunda la posición de Testart".Linda Bullard, se refirió finalmente a unas amigas actuales potencialmente extrañas. Las feministas definidas por Linda Bullard como demasiado vehementes, es decir, aquellas que rechazan las nuevas tecnologías desde posiciones tan dogmáticas que pueden llegar a arremeter contra cualquier mujer a la que se le ocurra siquiera someterse a un diagnóstico prenatal para averiguar si su hijo será subnormal.

El ejemplo no era valadí. El tema del diagnóstico precoz fue una cuestión especialmente controvertida en la conferencia de Mallorca. Las delegaciones alemana, inglesa, holandesa y sueca eran partidarias de oponerse también el diangóstico prenatal, porque implica un reforzamiento hacia las actitudes sociales de rechazo de los minusválidos.

Esta posición no fue rebatida en su momento por las mujeres que no estaban de acuerdo por el condicionamiento emotivo que supuso el que la ponente del tema fuera precisamente Theresia Degener, una feminista alemana minusválida, con gran ascendente en la Finrrage. Pero las delegaciones francesa y española plantearon el último día que no podían pronunciarse en contra del diangóstico prenatal en las conclusiones de la conferencia porque muchas mujeres no lo tenían claro, otras estaban a favor y no había sido suficientemente debatida la cuestión.

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