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Crítica:MÚSICA CLÁSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La carrera ascendente de Caetani

Volvió al podio de la RTVE el director Oleg Caetani, hijo de Makevitch, y revalidó sus dotes y, evidenció sus progresos en un programa interesante que, tras las Diez melodías vascas, de Jesús Guridi, incluía el antes tan frecuentado y hoy medio olvidado Concierto para piano, de Edward Grieg, y La noche de Walpurgis, op. 60, de Félix Mendelssohn. El éxito fue grande, pues la brillante vitalidad y comunicatividad de las versiones de Caetani se imponen por sí mismas.En el Concierto tuvo a su cargo la parte solista Sergio de los Cobos, ginebrino, hijo de padre español y madre rusa. Hizo versión propia de la obra del músico noruego a la que, sin renunciar a sus características específicas y a su refinado lirismo intimista, acercó al modelo de Liszt, tanto cuando menos como al de Schumann, verdadera fuente de la obra y punto de partida de la actitud de Grieg.

Orquesta y Coro de RTVE

Solistas: Sergio de los Cobos, pianista; E. Schmidt-Valentín, contralto; Manfred Fihk, tenor, y G. Cachemaille, bajo. Director del coro: Pascual Ortega. Director: Oleg Caetani. Obras de Guridi, Grieg y Mendelssohn. Teatro Real. Madrid, 16 y 17 de octubre.

Sergio de los Cobos y Caetani fundieron sus criterios y se comportaron con flexibilidad, aireando el fraseo, moviendo la dinámica y otorgando su exacta importancia a los valores acentuales, armónicos y tímbricos.

Concibe Caetani las diez melodías de Guridi a modo de continuo o suerte de cancionero orquestal, en el que el excelente trabajo, orquestal de música de Álava enaltece el valor y el ámbito histórico y estilístico de cada terna elegido (la mayoría de ellos procedentes de la colección de Azkue). Así, insertó la variedad de contrastes en un proceso cuyo punto culminante reside en el final, cuya suntuosa orquestación evoca la manera de Paul Dukais, lo que no es de extrañar, dada la formación del compositor.

Contando con la colaboración de tres solistas notables, especialmente la soprano alemana Erike Schmidt-Valentin y el tenor Manfred Fink, pero sin desdeñar el bajo suizo Gilles Cachemaille, Oleg Caetani logró del coro y la orquesta de RTVE una clara, bien construida y elocuente versión de la balada sobre Goethe, La noche de Walpurgis, concebida durante los viajes del joven Mendelssohn por Múnich, Viena e Italia, de los que, como apunta Antonio Gallego, quedó un epistolario que debería ser traducido al español. No en vano constituye un bello capítulo de la Europa musical romántica. No llega a serlo la balada mendelssohniana. La obra sirve con fidelidad al texto desde un punto de vista dramático y estructura equilibradamente en la forma. Valió a Caetani, por cuanto la expuso con emoción explicativa.

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