Martens supera provisionalmente la crisis de Gobierno en Bélgica
El Gobierno belga encontró ayer una artimaña para superar provisionalmente la crisis en la que se encuentra sumido desde que la tozudez de un alcalde valón que se niega a aprender neerlandés provocó el martes la dimisión del primer ministro, Wilfrid Martens.A la una de la madrugada de ayer, el rey Balduino optó por rechazar la renuncia del jefe del Ejecutivo, e inmediatamente después nombró, a petición del ministro del Interior, Charles Ferdinand Nothomb, a Roger Wynants -valón francófono, pero que domina el neerlandés- alcalde de la conflictiva localidad de Fourons, de habla francesa, pero enclavada en Flandes.
El anterior alcalde de Fourons, elegido democráticamente, José Happart, fue destituido de su puesto a principios de octubre por el Consejo de Estado, que consideró insuficiente su conocimiento del neerlandés como para ejercer su cargo en una región flamenca del país. Inmediatamente después de esta decisión, el ministro del Interior interpuso un recurso contra la sentencia ante el Tribunal de Casación, que tardará uno o dos años en pronunciarse.
Hasta entonces los ministros valones y flamencos acordaron que el alcalde en funciones sería el primer teniente de alcalde, pero los concejales de Fourons impidieron la aplicación de este pacto intergubernamental al elegir inmediatamente a Happart para cubrir ese puesto. La aparente imposibilidad de alcanzar entonces un nuevo compromiso incitó a Martens a dimitir, lo que acaso se verá obligado, a hacer de nuevo si, como se rumorea, Wynants, sometido a fuertes presiones de sus vecinos, renuncia a jurar el cargo. "Lo que se ha hecho", dijo Happart, "no tiene nada que ver con la democracia".
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