Los reveses bélicos facilitan el acuerdo para nombrar a Shamir primer ministro
Un sangriento atentado el miércoles en la ciudad vieja de Jerusalén, un Phantom israelí abatido durante una acción de represalia en el sur de Líbano, un piloto desaparecido y probablemente prisionero: esta sucesión de reveses militares ha servido para evitar el drama político que suponía la falta de acuerdo para la rotación entre el primer ministro saliente, el laborista Simón Peres, y el entrante, el conservador Isaac Shamir, que ayer aceptó la designación del presidente, Haim Herzog, para que forme nuevo Gobierno. Las dificultades anteriores han sido bruscamente reducidas a sus lógicas proporciones.
Isaac Shamir presentará el lunes su nuevo Gobierno al Parlamento israelí (Knesset), con lo que quedará inaugurada una nueva etapa de la cohabitación entre los laboristas y la coalición conservadora Likud. Al despedirse del cargo y dar la bienvenida a su sucesor, Peres dijo: "Estoy convencido de que Shamir será un buen primer ministro y le deseo buena suerte". Shamir respondió también con palabras corteses: "Quiero expresar mi reconocimiento por el buen trabajo hecho por Simón Peres durante estos dos años. En el curso de este tiempo hemos aprendido a conocernos mejor, a entendernos. Nada será nunca como antes del nacimiento de Unión Nacional".Esto es verdad en cierto sentido. El clima que hoy reina entre laboristas y, Likud, sobre todo al más alto nivel de ambos partidos, no se parece en nada al antagonismo existente antes de 1984. Las diferencias y fricciones por la nominación de tal ministro o tal embajador se han producido más por las rivalidades internas en cada partido que por divergencias fundamentales entre dos partidos que ideológicamente se encuentran en las antípodas.
La prueba de fuego
La auténtica prueba que espera a Shamir y Peres será, sin duda, el problema de la colonización judía en los territorios ocupados. El diario Jerusalem Post ha conseguido una copia de un plan de trabajo de la Organización Sionista Mundial, próxima ideológicamente a Shamir, para fundar 41 nuevas colonias en Cisjordania y Gaza.Este plan se ha fijado el objetivo de que para. el año 2010 haya en los territorios palestinos ocupados de Cisjordania y Gaza 100.000 colonos judíos.
La aplicación de este plan no dependerá exclusivamente de Shamir, sino también de Peres, que se mantiene como viceprimer ministro y ministro de Asuntos Exteriores. Fuentes cercanas a Peres han comentado sobre este tema: "No se hará nada, ninguna colonia será fundada si no está aprobada por el programa gubernamental común. De acuerde, al programa de Unión Nacional, de aquí a 1988 pueden establecerse cinco nuevas colonias en los territorios ocupados".
Poco antes de aceptar el encargo del presidente Haim Herzog, Shamir declaró a la televisión que sus dos principales objetivos de gobierno eran, por encima de la profundización del proceso de paz con el mundo árabe, concretar el despegue económico del país y aumentar la inmigración de judíos del exterior a Israel.
La gestión de Peres se había caracterizado precisamente por haber ido más lejos que ningún otro Gobierno anterior. Llegó incluso a viajar a Marruecos para entrevistarse con el rey Hassan II, en un gesto que fue criticado por los ministros de la coalición Likud.
Aunque fuentes laboristas manifestaron días atrás su deseo de que Shamir se mantenga en el camino de la paz con los árabes iniciado por Peres, él secretario del bloque laborista, Uzi Baram, prometió ayer que su partido .no obstaculizará la labor de Shamir, por lo menos en la primera parte de su gestión".
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