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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Votos vascos

El talante democrático y la voIutad efectiva de acatar noblemente, con todas sus consecuencias, los resultados electorales en la próxima confrontación autonómica del 30 de noviembre en el País Vasco, por parte de ciertas fuerzas nacionalistas que han venido monopolizando el poder en ese país, pueden medirse hoy por las recientes declaraciones del ex jesuita don Javier Arzalluz, lendakari o caudillo del sector no escindido del PNV, quien, ante la perspectiva de un posible triunfo electoral de una fuerza no nacionalista en esa jornada, pretende justificarse y curarse en salud con la siguiente apreciación:"Si yo estuviera en el pellejo de Benegas no me haría ninguna gracia ser lendakari del Gobierno vasco... El PSOE tiene un apoyo de votos, pero, socialmente, sus votos no son los más integrados en este país. (El Diario Vasco, 8 de octubre de 1986, página 5).

¿Tendremos, pues, votos de primera y de tercera clase? ¿Serán los votos de los maketos y de los medio maketos como los votos negros en África del Sur?

A la fórmula clásica y consagrada de un hombre, un voto, respetada por todo demócrata digno de ese nombre, va a oponernos, pues, el señor Arzalluz, sin que nos atrevamos a rechistar, una nueva fórmula elaborada por, él y por los suyos: un hombre integrado por nosotros, un voto; un hombre que nosotros no lleguemos a integrar, una fracción ínfima de voto, como fundamento de una nueva democracia orgánica, esta vez made in Euskadi?

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En cuanto a voluntad efectiva y probada de integración cultural, ¿es válido y legítimo que algunos medio maketos, hombres de dos sangres, fundemos en el País Vasco centros de investigación y revistas científicas y filosóficas en las que aparecen hermañados trabajos en castellano y en euskera?

Ante una posible victoria de derecho -es decir, por las reglas de juego democráticas- de fuerzas con voluntad realmente integradora de las sangres y las lenguas distintas que coexisten -y podrían convivir en paz- en el País Vasco, ¿tendremos, pues, que aceptar, en cualquier caso, una victoria de hecho de las fuerzas con voluntad desintegradora discriminadora y, en realidad, racista, por la aplicación de especiales y arbitrarios baremos y ponderaciones discriminatorias del nazi-onalismo?- Catedrático de la universidad del País Vasco.

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