Jackson Browne: "No soy un predicador al uso; denuncio lo que me parece injusto"
El cantante actúa esta noche en Madrid
La gran pantalla controlada por ordenador, atractivo visual de esta gira mundial de 1986 de Jackson Browne (que actúa esta noche en el Palacio de Deportes de Madrid), no parará de reproducir imágenes: estenas de la pompa y parafernalia del Ejército norteamericano, misiles en accion, tarzanes-ejecutivos, paradigmas del hambre en el mundo, negro que sostiene unas bragas rojas con su boca, congregaciones de masas, grafitos callejeros, barrios bajos de Honduras y Nicaragua, avenidas sin ley... Todo el rompecabezas de su conciencia, de su cabeza. "No soy un predicador al uso", afirma; "denuncio lo que me parece injusto".
"Por favor, por favor, gente, quedaos un poco más. Ahora al promotor no le importa, y al sindicato y a los roadies (equipo que le acompaña en la gira) tampoco. Quedaros otra canción más". Jackson Browne se ha quedado solo con su piano.Su equipo de técnicos, de carga y descarga de camiones, ha salido al escenario para hacerle coros y el público lo acompaña, reconociéndose en el tema. ¡Stay! es la canción de Maurice William y los Zodiacs que hizo célebre a este caballero romántico y espíritu atormentado del rock and roll.
Nacido hace 38 años en Heidelberg, el tímido héroe Browne era a los 17 años ya un foIk singer animando las noches de los clubes de, los alrededores de la ciudad en que vivía (Orange County, al sur del Estado de California), como el Troubadour o el Ash Gove, y todavía su vieja debía aprovíslonarle la nevera para reconfortar el regreso a su apartamento de independiente.
Un tipo sanote
Un tipo sanote y rural cuando llegó a Nueva York, en 1967, y se integró como guitarrista en la banda de la fría diosa, la chanteuse alemana Nico, que acababa de abandonar la, Velvet Underground de Andy Warhol. Y con su carita de niño bonito se enamoró e intimó con la diva de la epoca. Luego militó en la banda del Perdedor Tim Buckey.Jackson Browne se ha ganado una reputada fama como compositor de canciones, como quebradizo, combativo y melancólico poeta. Sus temas han sido éxitos en las versiones; de otros grupos y solistas. Él compuso Take it easy, el gran hit, y muchos otros para los Eagles, algunos del álbum Chelsea girl, de Nico, también para sus amigos Joe Cocker, Tim Rush, la Nitty Gritty Dirt Bánd, Linda Ronstadt, Joan Báez, Emmylou Harris, Kiki Dee Jackson Five o los Byrds. En la etapas libres que le deja, su bajo ritmo discográfico ha trabajado en las producciones de los discos de su inseparable David Lindley y en los del maldito y excelente músico californiano Warren Zewon.
En un tú a tú con Jackson Browne no hay, factores sorpresa: barrigas, halitosis o insospechadas maneras que suelen descubrirse en las estrellas... Al tipo del flequillo y la melena lacia, al chico corriente y sensible de sus ocho álbumes hasta el momento editados, se le reconoce enseguida. Es la voz y los templados ánimos de los muermos secretos, el bálsamos para los corazones necesitados. Un cronista cuyo brillo no ha dejado de lucir en la sombra de una cierta leyenda de la costa oeste norteamericana.
"Es muy difícil escribir canciones para otros; al principio tuve dudas para salir a cantarlas yo mismo, que es lo que siempre me ha gustado. Los Eagles y los otros en realidad estaban siempre metidos en mi casa. Simplemente coincidimos durante la misma época en el mismo lugar".
Jackson Browne es también el eterno pretendiente, el foIk rocker del amor, las cicatrices y el miedo. "Hay dolor en algunas composiciones porque aparece una y otra vez en la vida". The pretender (1977) es de sus obras la que más refleja estos sentimientos, realizado bajo la depresión que le produjo la muerte por sobredosis de su primera mujer, Phillys Major. Un viudo desesperanzado, un kramer para su hijo Ethan, un resistente que no ha escondido su tristeza.
A finales de los setenta decide junto a conocidos músicos y activistas antinucleares fundar la organización Músicos Unidos para Salvar la Energía (MUSE). ¿Nucleares? No, gracias. Jackson se erigió en defensor de la energía solar y el desarme nuclear y participa activamente en numerosas campañas de lucha, como la de la protesta en la central de Diablo Canyon (Estados Unidos) y los famosos coficiertos benéficos en el Madison Square Garden, con Crosby, Still & Nash, Bruce Springsteen, Carly Simon,Paul Simon o los Doobie Brothers. De aquella idea se registró un triple álbum titulado No nukes y una película.
Los nuevos 'Vietnams'
Las reservas indias, los chicanos, la solidaridad y los derechos humanos en América Central son ahora los objetivos máximos de sú resistencia. Live in the balance, es una reincidencia en sus tácticas de combate, ahora concretada en una crítica poética a través de su música al Gobierno de Ronald Reagan, los nuevos vietnams y esas pesadillas del sueño norteamericano. "No soy un predicador al uso, denuncio en mis canciones lo que me parece injusto. Se trata de golpear sin comecocos a la gente desde el escenario", afirma el cantante.Y para todo ese público mayoritariamente adulto que ha ido a escucharle ha incluido en un libro recordatorio de su gira de 1986 información, bibliografía y direcciones de las organizaciones que en muchas ciudades apuestan por la paz, las revoluciones y todas las causas que le reconcomen. Ahora Jackson Browne está ilusionado por su primera visita a España, país del que tanto le han hablado.
Babelia
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