El estallido de un transformador de electricidad provocó un caos circulatorio en Madrid
El estallido accidental de un transformador de la compañía Hidroeléctrica Española en la subestación de Fuencarral provocó, en la mañana de ayer, un caos circulatorio en Madrid. La caída eléctrica repercutió en las otras dos compañías que también dan servicio energético a la ciudad. Usuarios del metro, que dejó de funcionar en todas sus líneas, en alguna de 6.30 a 99 utilizaron sus vehículos, al igual que algunos perjudicados por la huelga de Renfe. A las calles salieron 80.000 coches más de los habituales, precisamente cuando los semáforos estaban fuera de servicio. Si para las viviendas la falta de fluido fue cuestión de minutos, la circulación de automóviles y transportes colectivos tardó muchas horas en normalizarse.
El transformador de intensidad de la subestación de Fuencarral saltó a las 6.17 de la mañana. Eran 220.000 voltios. A partir de entonces los fallos eléctricos se sucedieron como si fueran fichas de dominó. Quedaron sin servicio otros tres transformadores de la compañía Hidroeléctrica: la avería del transformador de San Felipe afectó a la plaza de Castilla y a la zona de Orense preferentemente; el transformador del Pilar dejó sin luz al barrio del Pilar; las consecuencias del fallo de Olite afectaron a Cuatro Caminos en dirección a la Cruz Roja y a la Ciudad Universitaria.El sistema de acoplamiento de los transformadores multiplicó el impacto de la avería de Fuencarral. A las 6.29, según fuentes de la empresa, se restableció la situación en Fuencarral, y siete minutos antes en los otros tres transformadores.
La avería, de 11 minutos, tuvo grandes repercusiones Las otras dos compañías eléctricas que suministran a Madrid también resultaron afectadas. La línea de transporte de alto voltaje falló para todas. Iberduero tuvo avería en la parte de Navalcarnero, Pelayos y Villaviciosa, entre otros pueblos, según fuentes de la misma empresa. Unión Fenosa sintió la caída de la tensión eléctrica especialmente en Canillejas y en el barrio de la Concepción.
El fluido volvió pronto, pero ya para entonces el metro se había paralizado. Sus condensadores no suplieron eficazmente la falta de fluido de Hidroeléctrica. Unos 100.000 usuarios salieron a la superficie, bien para coger un autobús o su coche particular.
El 'metro', a oscuras
Apenas 15 minutos después de iniciado el servicio, alrededor de las 6.15, los trenes que circulaban por toda la red de la Compañía Metropolitano quedaron sin tracción. Sólo el ramal Norte (Ópera-Norte) no se vio afectado por el corte del fluido eléctrico.En el momento de la avería ocho trenes quedaron paralizados en el interior de los túneles y hubo que desalojar a los viajeros hasta las estaciones inmediatas. Los principales desalojos se produjeron entre las estaciones de Menéndez Pelayo-Atocha, Legazpi-Delicias, Lista-Goya, y Nuevos Ministerios-Plaza de la República Argentina. Durante toda la interrupción del servicio los vagones y las estaciones estaban iluminadas por las luces de emergencia.
En la línea 1 (Portazgo-Plaza de Castilla) se restableció el, servicio a las 7.20; en la línea 2 (Cuatro Caminos-Ventas), a las 6.50; en las líneas 3 (Moncloa-Legazpi) y 4 (Argüelles-Esperanza), a las 7.25; en la línea 5 (Canillejas-Carabanchel), a las nueve de la mañana; en la línea 6, (Laguna-Ciudad Universitaria), a las 7.46; en la línea 7 (Las Musas-Avenida de América), a las 7.23; en las líneas 8 (Fuencarral-Nuevos Ministerios) y 9 (Herrera Oria-Pavones), a las 7.50; en la línea 10 (Aluche-Alonso Martínez), a las 7.36, según fuentes de la compañía.
Las mismas fuentes señalaron la importancia de la avería, ya que raramente quedan afectadas todas las líneas. Por otra parte, el contrato de suministro firmado por la Compañía Metropolitano con las tres; compañías eléctricas no prevé este tipo de accidente, "por lo que no es habitual reclamar cantidad económica alguna", explicó el portavoz de la compañía, Daniel Abad.
Cortes de tráfico
En la glorieta de Carlos V, frustrados usuarios del metro aguardaron con impaciencia la llegada de los autobuses municipales, pero éstos pasaban de largo repletos. Los ciudadanos se cansaron de esperar y decidieron ocupar parte de la calzada. El tráfico rodado también se interrumpió durante media hora. Fue necesaria la Regada de policías nacionales y municipales para despejar la calzada.Ante la magnitud del caos, las autoridades municipales dieron orden de que el 10% de la reserva de autobuses saliera a la calle para suplir la falta de metro. Los policías municipales de retén hicieron lo mismo, con el fin de paliar el problema.
Alrededor de 300 semáforos de 73 cruces habían quedado inutilizados por la falta de fluido eléctrico. De estas intersecciones, 47 eran de la zona centro, 22 de la zona oeste y 4 de la zona este. De los 73 cruces afectados, cinco horas después habían quedado reparados 64.
A las nueve de la mañana las caravanas eran enormes en todos los accesos a Madrid, especialmente en las carreteras de La Coruña y Extremadura. En el centro, el colapso llegó principalmente a Delicias, las rondas, Cuatro Caminos, Reina Victoria y Ciudad Universitaria. Sólo hubo un consuelo entre tanto atasco: las colisiones fueron las habituales.
La tromba de agua que cayó la noche del 25 de julio, y que también provocó una situación anómala, no logró paralizar totalmente la actividad en Madrid, aunque dejó sin servicio de metro algunos ramales de las zonas bajas de la ciudad, debido a la rotura de 12 colectores que inundaron los túneles.
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